Western Stories
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2 abril, 2013
por Alejandra Gámez | Twitter: ale_gameza
Los primeros edificios de Brasil que se conocieron en otros países fueron los de Oscar Niemeyer (1907-2012). Todo lo que construyó rápidamente se convirtió en parte del nuevo imaginario de “lo brasileño”. En una época donde todo estaba por hacerse: viviendas, parques, edificios públicos e instituciones, incluso una nueva ciudad, y donde los políticos del momento entendieron el gran potencial de la arquitectura como la versión construida de la modernidad, la utopía y la grandeza -de la curva-. Niemeyer estaba ahí, entendiendo su momento y creando la imagen de Brasil para el mundo a través de la arquitectura. Su figura no permitió que hubiera espacio para otros arquitectos, a pesar de que había muy buenos. Niemeyer los opacó, brilló entre sí mismo y para sí mismo. A pocos meses de su muerte, la era post-Niemeyer es todo un desafío para los nuevos tiempos de la arquitectura carioca.
En Arquine 49 (2009), Paloma Vera escribió sobre la ‘expresividad austera’ de la arquitectura brasileña al destacar a Niemeyer, Filgueiras o Lucio Costa como cimentadores de la modernidad. “Brasil es uno de los mejores ejemplos de cómo la herencia se transforma. Los periodos luso, colonial, moderno y contemporáneo han seguido una línea coherente de maduración, donde el pasado no es visto como lastre, ni se proyecta en un futuro ajeno. La arquitectura contemporánea descansa sobre las bases sólidas de la modernidad, en la que se definió la autonomía de la arquitectura brasileña”. La arquitectura brasileña actual, aunque inscrita en una cierta línea racionalista, concreto, vidrio y acero aparentes, no intenta rivalizar con su pasado arquitectónico sino que busca integrarse en los proyectos con base en dos aspectos fundamentales: el paisajismo y la sustentabilidad. Al tiempo que, instituciones culturales como la Asociación Brasileña de Estudios de Arquitectura (AsBEA) y la Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Apex-Brasil) buscan promover a nivel global la cultura arquitectónica local y estar a poco tiempo de ser reflectores a nivel mundial con los próximos Juegos Olímpicos y el Mundial de Futbol de la FIFA.
Si bien Aritgas, Bo Bardi y Mendes da Rocha fueron algunos paulistas que tomaron la siguiente estafeta generacional, ahora el rumbo es incierto, pero lleno de posibilidades. A finales de 2012 se llevó acabo la séptima edición de los premios AsBEA, en la que participaron 150 proyectos en diversas categorías: complejos residenciales, edificios comerciales, oficinas, institucionales, industriales, casas, proyectos especiales (jardinería, mobiliario urbano, iluminación y huertos urbanos) y proyectos no construidos. Fueron seleccionados 32 ganadores, entre ellos despachos jóvenes y consolidados como: Roberto Loeb Arquitetura, Terra e Tuma Arquitetos, Brasil Arquitetura, FGMF Arquitetos, GCP Arquitetos e HiperStudio. Sin dejar atrás la curva de la modernidad y la dura estela de Niemeyer, estos arquitectos ‘emergentes’ o que estuvieron a la esperar de emerger, buscan aparecer en el panorama arquitectónico como referentes de una arquitectura que supo trascender la modernidad.
Roberto Loeb Arquitetura – Centro de Distribución de Avon
Terra e Tuma Arquitetos – Casa Maracanã
Brasil Arquitetura – Praça das Artes
FGMF Arquitetos – Casa 4×3
GCP Arquitetos – Valeo VEC
HiperStudio – Aliah Hotel, Bragança Paulista
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