Obras

Casa Fortunata

Casa Fortunata

Nombre del proyecto

  • Casa Fortunata.

Arquitectos

  • Luciano Lerner Basso.

Página web

  • www.lucianobasso.com.br

Superficie

  • 240 m2.

Ubicación

  • Caxias do Sul, Brasil.

Fotografía

  • Manuel Sá | Roberta Gewehr | Andre Mortati

Fecha

  • 2020.

La casa Fortunata es uno de los 20 proyectos nominados por el instituto de Arquitectos de Brasil para representar al país en la tercera edición del premio Oscar Niemeyer. Galardonada con el premio de Arquitectura Saint-Gobain y como Casa del Año por el instituto de Arquitectos de Brasil (RS); Mención de Honor en IV International Golden Trezzini Awards.

Situada en el extremo sur de Brasil, es una obra que destaca las actividades esenciales de la arquitectura: la lectura atenta de las condiciones ambientales; la determinación precisa de los procesos constructivos; la resolución correcta del programa de necesidades; y la armonía de las formas construidas.

Construida en un barrio tradicional, la casa se implantó alrededor de un enorme Araucaria angustifolia. El acceso a la casa es a través de un camino sinuoso de tierra y grava, la calle entra en el patio y se extiende hasta la puerta de entrada.

 

Diseñada para una pareja joven, la división programática de Fortunata es sencilla: en el nivel inferior bajo el pilotis, hay un garaje; entrando en la casa están el vestíbulo y el lavadero. En el nivel superior, a partir de la unión geométrica de cuatro rectángulos, se diseñó una planta estructuralmente abierta, donde la separación entre las funciones de vivir, trabajar y dormir viene dada por la condición espacial generada por el núcleo de servidores y por el uso de elementos de luz. No hay pasillos sin salida ni espacios de convivencia cerrados. La circulación se produce en un movimiento continuo que atraviesa los ambientes flexibles y multifuncionales. Una condición que permite que la casa asuma diferentes configuraciones y pueda adaptarse a los cambios en la vida de los propietarios.

Su inserción en el paisaje es una respuesta directa a las limitaciones del lugar. Buscando una mínima intervención en la topografía, el volumen principal se apoya en un pilotis que toca delicadamente el suelo y se adapta a la conformación natural del terreno. Se utilizó todo el material resultante de la excavación de los cimientos; la tierra se utilizó como terraplén para la zona de maniobra de vehículos; las piedras se utilizaron en la construcción de los muros de contención. La vegetación autóctona se conservó prácticamente en su totalidad. Si fuera posible que una enorme grúa levantara la casa y la depositara en otro lugar, el terreno original quedaría prácticamente intacto, sin rastro de las obras.

Sin cortinas ni barreras visuales entre el interior y el exterior, el habitante tiene un contacto permanente con la naturaleza. Al mismo tiempo que habita la casa, también habita el bosque.

 

El concreto visto moldeado in situ se encuentra en la estructura, en los cerramientos, en los peldaños de las escaleras e incluso en el mobiliario fijo. Es un material que envejece con la misma belleza que la naturaleza, resiste bien la intemperie y la humedad, y requiere poco mantenimiento. Una estructura cruda que revela un proceso de construcción que es riguroso y preciso, también muestra las perfectas imperfecciones de un trabajo hecho a mano. Se destaca la utilización de madera reforestada en el encofrado de concreto y la reutilización de la misma tanto como para la construcción de las varandas como para las carpinterías. 

Diseñamos una arquitectura silenciosa que mantiene un diálogo franco con la naturaleza. Su calidad plástica reside en las relaciones entre planos, vacíos, luces, paisaje y texturas. Un proyecto que amplía el campo de la propia arquitectura y aporta reflexiones sobre las relaciones entre la casa y la ciudad, entre el hombre y la naturaleza.

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