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¡Felices fiestas!
13 junio, 2018
por Junya Ishigami
Me interesa generar nuevos ambientes con nueva arquitectura y no sólo nuevos espacios: una nueva naturaleza hecha con arquitectura. Para eso, la escala es muy importante. En un principio la arquitectura servía para protegernos de la “naturaleza natural” –valga el pleonasmo– y los humanos buscaban producir espacios confortables y seguros. Pero hoy la naturaleza ya no es tan sólo lo que se considera natural, debido a la actividad humana. En la actualidad, la naturaleza ya no es auténtica: es realmente natural sólo en parte y nos corresponde a nosotros pensar cómo crear otra naturaleza a partir de las actividades humanas, con arquitectura, pensando en sus cualidades atmosféricas, en la transparencia y el uso de materiales nuevos. El material de la arquitectura es más fluido. Si creamos nuevas estructuras tenemos que pensar en el carácter de los nuevos materiales. Debemos pensar en la posibilidad de utilizar nuevos materiales o la manera nueva de usar los materiales viejos, pensar en sus posibilidades para producir nuevas estructuras y de ahí nuevos ambientes, que expandan el potencial de los espacios. El ambiente es muy importante por eso: es el nuevo contexto para la arquitectura. El arquitecto siempre piensa desde el contexto. En el siglo XX la mayoría de los arquitectos se interesaban en las ciudades, pero hoy debemos pensar en una escala mayor: el contexto ya no es sólo urbano, sino ambiental. El ambiente es muy importante para crear arquitectura, pues tiene enorme influencia en su carácter. Siempre pienso en un contexto a escala ambiental. Originalmente, los seres humanos pensaban la arquitectura para los seres humanos, pero hoy debemos pensarla para cualquier forma de vida. Hoy la función resulta ser algo muy limitado al pensar en arquitectura.