9 marzo, 2019
por Arquine
El día de hoy 9 de marzo oficialmente inauguró el Festival MEXTRÓPOLI 2019 en la Ciudad de México.
Mextrópoli es una ventana que se abre sólo cuatro días al año para vivir a través de la arquitectura una ciudad extraordinaria.
La celebración de un festival internacional cumple con los objetivos de ampliar la cobertura y el aprovechamiento cultural y ciudadano del espacio público de las ciudades, fomentando en la comunidad el ejercicio de su capacidad creativa, crítica y de participación, a partir del conocimiento e interacción con experiencias de diferentes lugares del mundo que vuelcan su mirada a nuestra metrópoli, para que ésta, a su vez, la devuelva generando un diálogo por demás enriquecedor. Durante cuatro días, la ciudad de México se convierte en un poderoso atractivo cultural, turístico y ciudadano, posicionando a la capital del país a la cabeza de iniciativas que apuestan por la generación de nuevos espacios de interacción abiertos a la ciudadanía que fomentan la construcción de la cultura urbana.
Cada año MEXTRÓPOLI se enfoca en diferentes aspectos que buscan poner sobre la mesa los temas más importantes de arquitectura y ciudad, en esta edición el tema es DONDE TERMINA LA CIUDAD.
En alguna época las ciudades tuvieron puertas. Tenían puertas porque tenían muros que las rodeaban y que marcaban así, sin lugar a dudas, donde empezaba y donde terminaba una ciudad. Pero desde hace tiempo la mayoría de las ciudades no tienen murallas que las rodeen ni, por tanto, puertas para entrar. Las ciudades se expanden y en vez de terminar en una frontera se van difuminando en algo que ya no es campo ni suburbio. Pero no se trata sólo de la extensión física de las construcciones de una metrópolis contemporánea. Los flujos que alimentan esas ciudades así como los que estas expulsan van más allá de cualquier límite imaginable.
En una ciudad como la de México, el agua que tomamos viene cada vez de más lejos, o de más profundo bajo el suelo. Y el agua que desechamos termina también cada vez más lejos, aunque al servir para el riego de algunos productos agrícolas que consumimos, tal vez regrese en otra forma y por otras vías. ¿Dónde vive el conductor del autobús que tomas en la mañana? ¿En dónde se genera la riqueza que se invierte en los negocios inmobiliarios de los mejores barrios de la ciudad? ¿Y dónde terminan las ganancias que esos negocios generan? Más allá del juego y las contradicciones entre lo local y lo global, una cuestión fundamental para la arquitectura y el urbanismo y otras maneras de pensar y actuar en el entorno construido es, pues, reflexionar hasta dónde termina la ciudad.
Puedes consultar el programa del festival aquí