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Columnas

Homenaje al triángulo Patriotismo 230

Homenaje al triángulo Patriotismo 230

5 febrero, 2020
por Gustavo López Padilla

El triángulo es una de las figuras geométricas, que han motivado mayor interés a los seres humanos, desde que comenzaron a tener consciencia de las cosas. Por ejemplo, algunos de sus primeros utensilios, por eficiencia, de manera natural responden a estas formas. Al paso del tiempo, al triángulo se le fueron asignando significados que tenían que ver con interpretaciones religiosas o filosóficas y entre las consideraciones objetivas y materiales asociadas al mismo, podemos reconocer las ideas de orden, perfección, equilibrio y sobre todo de estabilidad. Desde las primeras manifestaciones arquitectónicas realizadas por los seres humanos, el triángulo ha estado presente y nos referimos desde luego a las construcciones de las pirámides. En las expresiones modernas de la arquitectura, de igual manera existen ejemplos reconocidos asociados al mismo.

Los comentarios anteriores, tienen que ver con los resultados de uno de los mas recientes proyectos realizados por el arquitecto Juan José Sánchez Aedo (1956), del Grupo Architect, ubicado en la confluencia de Ave. Patriotismo, Ave. Puente de la Morena y la calle 11 de abril, en la colonia San Pedro de los Pinos, en la Alcaldía Benito Juárez, en la ciudad de México. Para este proyecto, la naturaleza preexistente en el lugar de forma triangular donde se asienta, le va a sugerir condiciones de solución al diseño resultante, que se refiere a un edificio que se destinará al uso de oficinas, con 23 niveles útiles sobre el nivel de banqueta, 8 destinados a estacionamiento bajo el nivel de banqueta, complementando el programa una zona entendida como un local comercial que puede albergar usos diversos.

Previos a este proyecto del arquitecto Sánchez Aedo, en la arquitectura mexicana existen otros, en donde la presencia del triángulo ha sido considerada como parte sustancial, en lo que tiene que ver con sus soluciones de diseño o estructurales, como son los proyectos del edificio de oficinas del arquitecto Enrique de la Mora (1907-1978) ubicado en el Paseo de la Reforma 195, del año 1965, el Hospital Adolfo López Mateos, del arquitecto Enrique Yáñez (1908-1990), del año 1968, ubicado en la Ave. Universidad 1321, en la colonia Viveros de Coyoacán, en la alcaldía Coyoacán o la llamada Torre Prisma, del año 1971, ubicada en la confluencia del Paseo de la Reforma y la Ave, Juárez, de los arquitectos David Muñoz Suárez (1924-2000) y Ramón Torres Martínez (1924-2008). A nivel internacional podemos considerar como experiencia previa, el edificio Hearst Tower, del año 2006, ubicado en 300 West 57 th y el 959 de la octava avenida, en Manhattan, Nueva york, diseñado por Norman Foster (1935). Tomando en cuenta el conjunto de estas experiencias  a las que hemos hecho alusión, el proyecto de Patriotismo y Av. Puente de la Morena, logra conseguir una alternativa con personalidad propia.

Teniendo que ajustarse a preexistencias construidas sobre las esquinas de patriotismo y 11 de abril y Puente de la Morena y el mismo 11 de abril, la presencia del proyecto se perfila preferentemente sobre la esquina de Patriotismo y Puente de la Morena. Esta condición de ubicación, en relación con las perspectivas posibles desde los alrededores al edificio, le han conferido al proyecto una presencia urbana significativa, sobre todo cuando se recorren con la dinámica del automóvil, la Ave. Patriotismo en dirección hacia el norte de la ciudad o al recorrer el Circuito Interior en sus dos direcciones y  estar próximos al edificio que ahora nos ocupa. La posición como remate en perspectiva, en relación con estas arterias de la ciudad, han convertido al edificio, según las ideas del pensador y urbanista norteamericano Kevin Lynch (19818-1984), en un hito o referencia para la vida cotidiana de quienes aquí habitamos. Desde el punto de vista urbano, el volumen resultante de proyecto cuenta con escala suficiente para hacer notar su presencia y a nivel de peatón, su relación con este último no resulta abrumadora.

Ya en su cercanía, el primer contacto con el proyecto se establece mediante una plaza descubierta, que recibe el flujo tanto de automóviles como de peatones, creándose una articulación de comunicación abierta entre las avenidas Patriotismo y Puente de la Morena, en donde en esta última, se cuenta con otra plaza de distinta jerarquía. En la planta baja del edificio, en su zona vestibular de doble altura, se genera  una transparencia espacial, que enlaza las comunicaciones verticales del edificio, con las zonas útiles del mismo y se articulan además, visualmente, las dos avenidas que forman la esquina principal del edificio. Las plantas tipo de forma triangular, dejan ver  de manera clara  sus componentes, como son el volumen de servicios y articulaciones verticales, ubicado acertadamente al fondo del espacio útil, la zona vestibular de cada piso y el área propiamente ocupable. Como es natural en proyectos de esta naturaleza, los distintos niveles útiles se resuelven como plantas libres, que se ajustarán en sus diseños interiores a las necesidades de las distintas ocupaciones de los mismos.

Como variaciones a lo anterior, se cuenta en el nivel de acceso con un espacio de doble altura, como zona vestibular y en el  nivel de azotea, con un lugar que  extiende los espacios interiores a una terraza descubierta, con vistas periféricas hacia el entorno urbano que rodea el edificio. Subjetivo y polémico es el diseño del edificio, que en su parte baja ocupando cinco niveles, desvía su verticalidad con un plano inclinado que genera una ampliación de área, que se aprecia como una base para el volumen total, señalando además, como parte de este gesto formal sobre la plaza ubicada en Patriotismo, el acceso al edificio y generando la transparencia visual entre las dos calles principales, donde se ubica la obra. Reconociendo el carácter subjetivo del comentario, creo que hubiera sido mejor respetar la contundencia de verticalidad del volumen total, hasta llegar al nivel de banqueta, manteniendo el desviaje  volumétrico para significar la zona de acceso.

La solución estructural del proyecto, criterio fundamental de diseño, se resuelve fundamentalmente con componentes metálicos, tanto en lo que concierne a sus soportes perimetrales, (para permitir el criterio de plantas libres, reconfigurables), como en lo referente a sus entrepisos resueltos también con materiales metálicos, combinados con concreto armado, resolviendo sus fachadas mediante formas triangulares, en lo que tiene que ver con los soportes que asumen los esfuerzos estructurales requeridos.  Son interesantes los resultados en cuanto al cuidado del diseño de los detalles de uniones estructurales, incluyendo sus  precisiones geométricas y el juego de sutilezas formales en los componentes de fachada, al mostrar distintas secciones estructurales, así como variaciones de color, significando con tonalidades mas oscuras, cuales son las que responden a mayores cargas requeridas. Si bien el conjunto del edificio se aprecia formalmente atractivo y bien resuelto, resulta un tanto convencional y hubiera sido deseable en términos ambientales, el contar con mayores compromisos al respecto, yendo más allá de resolver fachadas semejantes, para orientaciones distintas, con cristales de piso a techo, resultando espacios herméticos que dependen fundamentalmente para sus condiciones de confort al interior, del consumo permanente de energía.  Hablamos al final de cuentas de un buen proyecto,  sencillo, funcional, bien emplazado en términos urbanos, que responde con eficiencia a las leyes del mercado, cercano a los lenguajes y criterios de abstracción que son propios del racionalismo minimalista.


Publicado originalmente en el blog de Gustavo López Padilla

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