20 marzo, 2012
por Arquine
La segunda sección del High Line se inauguró en junio del año pasado, extendiendo su trayecto a 1.6 kilómetros, de la calle Gansevoort en el Meatpacking District a la calle 30 en West Chelsea. A menos de un año, este parque elevado ubicado al oeste de Manhattan y a un costado del río Hudson, ya contempla su tercera fase, recuperando la esencia de este antiguo paso ferroviario a 10 metros de altura.
Diseñado por James Corner Field Operations y Diller Scofidio+Renfro, la tercera etapa del High Line correrá de la calle 30 a la 34. De igual forma se busca el rescate de las vías de acero originales, su estructura art déco y una integración de piezas modulares de concreto, de las que surgen bancas entre pasto, árboles y plantas que pintan de verde la superficie.
Según cifras del gobierno local, del 2000 al 2010, la población de los barrios que cruza el parque elevado se incrementó en un 60 por ciento, y desde 2006, se han completado 19 de 29 proyectos cerca del High Line. Entre esos ejemplos se encuentran los edificios de arquitectos reconocidos como el conjunto de oficinas de IAC/Inter Active Corporation de Frank Gehry, el edificio residencial de Jean Nouvel, los departamentos de Anabelle Selldorf, dos proyectos de Shigeru Ban, el Hotel The Standard de Polshek, el Hôtel Americano de Enrique Norten y la nueva sede del Whitney Museum of American Art de Renzo Piano, en construcción.
El costo total del diseño y construcción de la dos primeras etapas del High Line fue de 153 millones de dólares. Ésta última estima 90 millones de dólares, debido a la incorporación de residencias y departamentos en lo que fuera la zona de Hudson Yards, espacio industrial residual a un costado de Chelsea. Se espera que la tercera fase esté concluida en 2013.