James Turrel: Pasajes de luz
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25 enero, 2018
por Daniela Jay
“El género no es algo que uno es, es algo que uno hace, un acto, o más preciso, una secuencia de actos, un verbo en lugar de un sustantivo, un “hacer” en lugar de un “ser”.
–Judith Butler, Gender Trouble, 1990.
La condición de lo cotidiano —ese relato que ha sucedido día a día— nos impide percibir lo extraordinario. Sea nuestra condición citadina o no, nos vemos en diferente medida rodeados de objetos que de manera anónima tienen fascinantes historias de diseño detrás. En un mundo material construido principalmente para el género masculino ¿qué objetos permiten a las mujeres controlar su cuerpo a partir del diseño?
El pasado miércoles 17 de enero en el muca – Roma se inauguró Haré lo que deseo. Diseño y empoderamiento femenino, una muestra que se enfoca en el papel del diseño industrial, de moda, tecnológico y gráfico, que han acompañado los procesos de independización cotidiana y laboral de las mujeres. La exposición, curada por Michel Millar Fisher y Jimena Acosta, se presenta por segunda vez —su primera sede fue el Parsons School of design, Nueva York— y busca traducir las palabras ‘empoderamiento’ y ‘equidad’. Para Jimena Acosta ‘el empoderamiento se trata de aquellos objetos que te permiten controlar tu cuerpo, algo que muchas veces se le ha quitado a la mujer en la historia del mundo, entonces estos pequeños inventos son una maravilla. Y cuando hablamos de equidad es el cómo el diseño podría diseñar sistemas, estructuras y políticas públicas que permitieran tener una igualdad de género’. La muestra es una investigación desde el siglo XX, con historias ocultas de un mundo material que se han desarrollado para dar solución a dos condiciones, la humana y la biológica: ‘objetos que hablan de cómo permiten a la gente hacer cosas que formalmente hace poco no era posible’.
En el ámbito biológico podremos encontrar como punto central los anticonceptivos, la menstruación y la maternidad. Por ejemplo, se muestra un proyecto de diseñadores del MIT que, al ir a vivir a una comunidad de Ruanda, notaron que las mujeres perdían días de escuela o trabajo porque no podían acceder a productos que ahí son muy caros. Lo que hicieron fue procesar la fibra de plátano, un material abundante ahí y que funciona como una pulpa que se envuelve, para distribuirse de manera barata. ‘Es un proyecto de diseño que identifica el problema y desarrolla una solución con un material que está dentro de esa sociedad’.
Dentro de la condición humana, el lenguaje es el punto de exploración para entender la situación del género. ‘Se reunieron ejemplos de diseño gráfico, documentales y música que hablan del discurso de la exposición. Se pueden encontrar revistas feministas de los años 70, donde hay una relación de la economía entorno al papel de la mujer en la sociedad’, acompañadas de la fotografía documental de la marcha Ni una más: ‘Buscamos crear una manifestación gráfica de un fenómeno nacional gravísimo que tratamos de visualizar, de hacer evidente’.
Haré lo que deseo. Diseño y empoderamiento femenino muestra la ola del movimiento feminista desde su carácter inicial. Un movimiento que en nuestros días se asocia a la izquierda, pero que nació como un movimiento liberal, que trata de dotar a la mujer de responsabilidad individual y autonomía financiera, y, por lo tanto, de libertad individual. La muestra pretende ser una provocación para que, desde el ámbito escolar y profesional, el diseño sea cada vez mejor.
Hay que ser conscientes que se debe diseñar para distintos géneros, tipos de usuarios y diferentes poblaciones—sobretodo para los más necesitados—, y no sólo desde el diseño, también desde lo humano y desde lo jurídico, pero, sobre todo, hay que comprender que el feminismo no es sólo cuestión de mujeres, así como el machismo no es sólo cuestión de hombres, independientemente de cual sea el punto desde el que lo abordemos.
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