Columnas

Hagamos E(CO): Un viaje crítico hacia la transformación de la arquitectura y el diseño

Hagamos E(CO): Un viaje crítico hacia la transformación de la arquitectura y el diseño

Créditos: José Pablo Vázquez Madero

El 28 de febrero de 2025, el Museo Experimental el Eco se convirtió en un escenario revelador para la cuarta sesión de «Hagamos E(CO)», organizada por Colateral, el colectivo nacido desde la inquietud y el compromiso de estudiantes de la Facultad de Arquitectura y Diseño Industrial de la UNAM. La jornada se erigió en un foro donde convergieron voces críticas y esperanzadas para develar las profundas deudas acumuladas por una disciplina que, en muchos sentidos, ha dejado de hablarle al presente.

Crédito: José Pablo Vázquez Madero

Desde el inicio del encuentro, se puso de manifiesto que la arquitectura y el diseño han sufrido una transformación que, lejos de acentuar su poder transformador, los ha vuelto en gran parte incapaces de abordar de manera efectiva las problemáticas actuales. Las vanguardias del pasado, en su afán de no romper moldes, se desligaron del uso integral de las innovaciones tecnológicas y, con ello, se desvaneció el gesto singular del arquitecto. Este proceso derivó en una práctica que se ha vuelto genérica, un desencanto que se refleja en la incapacidad para enfrentarse a los desafíos urgentes del entorno.

Créditos: José Pablo Vázquez Madero

El diálogo se extendió hacia el terreno formativo, donde se expuso una crisis de identidad que se manifiesta en la falta de límites definidos y en la incapacidad de comunicar qué es, en realidad, la arquitectura. Se criticaron modelos educativos que, en lugar de fomentar la reflexión crítica y la experimentación, perpetúan tanto jerarquías, como prácticas anacrónicas y heredadas. Los asistentes insistieron en que la formación debe reinventarse, proponiendo un retorno continuo a las aulas que permita a los egresados seguir aprendiendo y cuestionando. Este replanteamiento implica no solo renovar contenidos, sino también transformar la forma de enseñar, promoviendo ambientes lúdicos y espacios de diálogo horizontal que incentiven la multidisciplinariedad y el intercambio de saberes donde no se castigue el error.

Créditos: José Pablo Vázquez Madero

El encuentro también abordó el papel de la tecnología en la práctica del diseño. Lejos de ser considerada una solución completa, la tecnología fue reivindicada como un instrumento que, empleado de manera crítica, puede potenciar la capacidad humana para imaginar lo inimaginable y desafiar estructuras preestablecidas. Sin embargo, se advirtió que la rapidez del avance digital no debe opacar la sensibilidad necesaria para cuestionar la esencia del proceso creativo. En este sentido, se planteó que el uso de herramientas tecnológicas debe estar siempre subordinado a una reflexión profunda y a la capacidad de formular buenas preguntas que trasciendan lo evidente, permitiendo generar canvas provocadores que reconfiguren la manera de interactuar con el entorno y que cuestionen las estructuras formales.

Créditos: José Pablo Vázquez Madero

Asimismo, la sesión profundizó en la responsabilidad ética y política inherente a la práctica profesional. Los debates giraron en torno a la necesidad de abandonar la imagen del arquitecto y del diseñador como meros engranajes de un sistema establecido, abogando por una postura en la que cada intervención se entienda como un acto de compromiso social. Se reconoció que, si bien es tentador verse a uno mismo como el solucionador de todos los problemas, la verdadera transformación proviene de la colaboración y de la capacidad de asumir una autocrítica sincera. Esta reflexión llevó a concluir que la arquitectura no puede limitarse a proyectar y reproducir modelos de construcción, sino que debe convertirse en un instrumento para construir relaciones, experiencias y dinámicas que hagan del espacio un lugar de encuentro y cuidado.

Créditos: José Pablo Vázquez

En un contexto donde se cuestiona la evaluación de la labor profesional —basada muchas veces en la mera reproducción de técnicas en lugar de en la producción genuina de conocimiento— se destacó la urgencia de repensar los esquemas laborales y educativos. Se planteó la necesidad de fomentar prácticas que reconozcan la finitud de los recursos y del espacio urbanizable, y que a la vez promuevan un balance entre la vida personal y la profesional. Así, se aboga por modelos laborales justos y por la redefinición de conceptos tradicionales, como el espacio público y privado, impulsando la idea de una “toponomía humanista” que se centre en la gestión y el cuidado antropológico del territorio.

Créditos: José Pablo Vázquez Madero

Créditos: José Pablo Vázquez Madero


La jornada concluyó con un llamado vehemente a la acción: una invitación a construir alianzas interdisciplinarias que permitan abordar, desde distintos ángulos, la complejidad de nuestro tiempo. Los participantes abogaron por dejar de buscar culpables en el exterior y, en cambio, volver la mirada hacia dentro de la disciplina, reconociendo que el cambio comienza con la capacidad de cuestionar el propio legado y asumir la responsabilidad de trazar nuevos caminos. La arquitectura y el diseño se presentan, así, no como soluciones totales, sino como herramientas esenciales que, al ser empoderadas a través del diálogo y la crítica, pueden contribuir a reconfigurar el tejido social de manera justa y sostenible.

En definitiva, la cuarta sesión de «Hagamos E(CO)» se erigió como un manifiesto de reinvención, en el que se expusieron con franqueza y pasión las deudas históricas y los desafíos inminentes. Fue una jornada de confrontación, introspección y, sobre todo, de esperanza: una esperanza fundamentada en la convicción de que, a través de la crítica y el compromiso, es posible reconstruir una arquitectura y un diseño que respondan de manera profunda y comprometida a las exigencias de un mundo en constante transformación.

Créditos: José Antonio Sánchez Jiménez

PRODUCTOS RELACIONADOS

ARTÍCULOS RELACIONADOS