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Habla ciudad : Managua

Habla ciudad : Managua

14 noviembre, 2018
por Andrea Griborio | Twitter: andrea_griborio | Instagram: andremonida

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“Durante un rato estuvimos los dos en silencio, chupando y mirando por los ventanales ese espacio oscuro que era la ciudad de Managua, una ciudad ideal para perderse, digo, literalmente hablando, una ciudad que sólo conocen sus carteros…”

Roberto Bolaño

Había pasado un rato desde que la línea del horizonte comenzó a interrumpirse por cosas o casas que insinuaban que nos acercábamos a la ciudad; el paisaje daba señas de periferia no consolidada, mientras, yo, tan sólo veía como los vacíos disminuían levemente entre la vegetación e intentaba no apartarme de la ventana del bus. Sin grandes cambios en el paisaje que captaban mis pupilas, nos detuvimos, todos se levantaban de sus asientos y el conductor desaparecía; al parecer, sin darme cuenta estábamos en la ciudad.

A Managua podría llamarla la ciudad de la memoria, sus calles parecen tener facultades para retener el pasado, para ejercitar a quienes la recorren en recordar, en fijar la posición relativa de diversos lugares, y obligar a cada uno de sus habitantes a construir el mapa mental de una ciudad donde las calles no tienen nombre y se llega siempre a través de posiciones relativas, de referentes incluso ausentes.

Caminé buscando un centro, pero Managua no tiene uno, quizás porque no fue fundada según el plan de las antiguas leyes de indias que dio origen a las principales ciudades de Latinoamérica, para la época de la conquista Managua ya existía, su crecimiento tendencial, fue guiado por conveniencias e intereses, a orillas del lago, a lo largo de caminos y carreteras que conectan con lagunas, volcanes y cerros; aquel lugar que en algún momento pudo llegar a constituirse como centro neurálgico de una ciudad en pleno auge y alrededor del cual acontecieron significativos sucesos, hoy está reducido a escombros, a terrenos vacíos, a las ruinas de aquel devastador terremoto de 1972, aquellas piezas que la naturaleza le permitió a la ciudad dejar como fieles testigos.

Sin un centro que acapare la atención y el espectáculo urbano ¿Cómo es que Managua es toda periferia? sus calles, plazas, edificios e incluso aquellas zonas recién consolidadas parecen responder a esas características comunes de las áreas cercanas a los límites urbanos, Managua es un territorio ambiguo, confuso, fragmentado, discontinuo, borroso y privado de sistema.

Si de algo está llena Managua, es de ausencias. No sabría cómo describir la vida de una ciudad donde el tiempo parece no pasar. Una ciudad que expone silente los rastros de su pena y su gloria, de sus alegrías y tristezas, de una revolución que pasó y aún se espera, una ciudad custodiada por la silueta del bandolero en la cumbre; una ciudad donde el silencio contrasta con el eco de la algarabía que emanan quienes la habitan, porque paradójicamente la ciudad de las ausencias, del silencio y la memoria está llena del ruido de la fiesta y la esperanza, de infinitas manifestaciones de pasión que en medio de su cálido clima y su ron, son transformadas en letras y acordes que la exponen a través de las más genuinas metáforas.

Me detuve en medio de la calle intentando encontrar algo con qué compararla, me encontré sólo con ella misma, bajo el sol inclemente, como si se tratara de un desierto, de ese lugar donde se gestan ilusiones y sueños a modo de espejismos. A Managua llegué y salí sin haber llegado nunca, sin encontrar como escapar de sus ausentes presencias, de su pasión y su magia. Managua es poesía y revolución.

 


 

Este texto se publicó en Arquine No. 67 | Habla Ciudad, con motivo de la primera edición del Festival de Arquitectura y Ciudad MEXTRÓPOLI. Aparta la fecha y acompáñanos a vivir la ciudad extraordinaria en su próxima edición que tendrá lugar del 09 al 12 de marzo de 2019. 

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