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Columnas

Estadística, rezago y oportunidad en los espacios para la enseñanza en México

Estadística, rezago y oportunidad en los espacios para la enseñanza en México

17 octubre, 2013
por Hugo Flores L.

Indicadores Educativos

En los últimos 25 años la inversión pública destinada a la educación ha tomado un papel central como indicador dentro de los llamados países emergentes. Esta inversión determinada por las políticas y estrategias particulares de cada gobierno representa un porcentaje del Producto Interno Bruto y es el punto de partida para comparar o poner en perspectiva la estabilidad macroeconómica y social de un país. Con los montos de inversión en educación y sus modalidades organismos internacionales como la CEPAL, el BID o la OCDE por citar algunos prescriben niveles -posibles o no- de desarrollo económico, de disminución de la pobreza, de combate a la desigualdad social, de calidad de vida, de democracia o productividad. Es decir, la inversión en educación junto a otras cifras son utilizadas por estos organismos para medir la posición, credibilidad o rentabilidad de un país determinado dentro del lobby económico internacional lo que hace suponer, desde esta misma visión, que la calidad educativa depende fundamental y exclusivamente de un asunto de inversión. Situación no extraña dentro de un esquema de economía globalizada e interdependiente definida por la confianza crediticia o las capacidades de endeudamiento de un gobierno, según se dispone desde las premisas neoliberales. Como se ha mencionado una forma de examinar el gasto en educación es en la relación porcentual con la capacidad productiva de un país. En 2010, el 6.2% del PIB de México se destinó a la SEP, ligeramente mayor que el porcentaje del PIB que se gasta en la educación en Australia (6.1%), Brasil (5.6%), Rusia (4.9%), España (5.6%), Suiza (5.6%), Estados Unidos (5.4%) o Canadá (5%). Igualmente desde el ámbito estadístico y con otras fuentes como el COLMEX, la UNAM o Transparencia Mexicana se reconoce una contradicción en lo antes expuesto: que una mayor inversión en educación no necesariamente garantiza mejores resultados educativos. Los países que más gastan en educación como proporción de su PIB (Cuba 13%, Timor Oriental 9.2%, Moldavia 9.1%, Maldivas 8.7%, Namibia 8.3%, Burundi 8.2%, Islas Salomón 8%, Chipre 7.9%, Botswana 7.8%, Islandia 7.6%, Bolivia 7.5% y Swazilandia 7.4%) no coinciden con los que tienen mejor nivel educativo de acuerdo a la evaluación PISA (Finlandia 6.8%, Japón 3.8%, Corea del Sur 5%, Canadá 5%, Suiza 5.4%, Australia 5.1%, Liechtenstein 2.1%, Bélgica 6.4%, Países Bajos 5.9% y Noruega 7.3%). 

La SEP, el INIFED y los espacios para la enseñanza; algunas cifras 

Información ofrecida tanto por la Secretaría de Educación Pública (2011) como por diversas instituciones sobre el estado actual de la educación en México y particularmente sobre su infraestructura y equipamiento señalan la existencia de un problema considerable de falta de cobertura, falta de mantenimiento o falta de actualización e innovación dentro de los espacios que soportan la actividad de enseñanza aprendizaje en México (Narro, 2012). En el sitio web del Sistema Nacional de Información Estadística Educativa (SNIEE) se presenta el documento “Principales Cifras, Ciclo Escolar 2011-2012″ el cual indica la existencia y operación de poco más 214,000 planteles educativos públicos en todos los niveles en el país. Actualmente el presupuesto asignado al Programa insignia del Instituto Nacional de Infraestructura Física Educativa (INIFED) “Escuelas Dignas” es del orden de 2,800 millones de pesos para el ejercicio fiscal del 2013. El programa consiste en rehabilitar, remodelar, ampliar, mantener o construir los espacios dedicados a la enseñanza pública en México, en todos sus niveles y servicios. Dentro de las reglas de operación del programa se dispuso que el monto para cada plantel favorecido o seleccionado es de $1,200,000 pesos. Haciendo una muy básica ecuación con las cantidades antes señaladas dimensionamos apenas un rasgo de la problemática de los espacios para la enseñanza: 214,000 planteles educativos en México, el 80% -poco más de 169,000- (Narro, 2012) presenta algún tipo de deterioro y requieren mantenimiento o trabajos de rehabilitación; $2,800 millones de pesos es el presupuesto del programa Escuelas Dignas 2013, $1,200,000 el monto asignado para cada plantel; apenas 2,333 planteles serán atendidos en este 2013. La cobertura del Programa Escuelas Dignas está en el orden dramático del 1.3%. Si congeláramos al día de hoy la tasa de planteles educativos que requieren mantenimiento o rehabilitación, sin contar el incremento en la matrícula escolar y las nuevas escuelas para su soporte, con el actual presupuesto y cobertura del programa “Escuelas Dignas” se requerirían 72 años para atender a todos los planteles a nivel país.

Oportunidad VS ampliación del rezago en los espacios para la enseñanza 

La brecha entre las posibilidades de acción de las instituciones públicas respecto a la realidad de la infraestructura escolar si bien es complicada y multifactorial, pero acude en primera instancia a una ecuación básica y de total competencia con el INIFED, la SEP y el Gobierno Federal: Tanto de naturaleza económica (el actual presupuesto es insuficiente), de políticas o estrategias (se requiere contar con una visión político-institucional certera sobre los problemas y las soluciones más adecuadas a mediano y largo plazo) y de operatividad, normatividad y cobertura (modificar el marco legal rector de los espacios para la enseñanza). Tres tópicos que por su magnitud requerirían sendas exposiciones y análisis pero que por la naturaleza de este medio se presentan y esbozan apenas como consideraciones de oportunidad, omitiendo un sin número de situaciones o temáticas de amplia importancia. Y de oportunidad porque no hay más opción para un país como México que la de buscar resolver las profundas problemáticas tanto históricas como contemporáneas en lo que respecta a los espacios para la enseñanza y formación.

1. Promover y desarrollar esquemas de innovación dentro de las estrategias de inversión y cobertura en la infraestructura educativa y su equipamiento, buscando el incremento en su presupuesto anual así como contemplar el desarrollo de marcos jurídico-legales convenientes y equitativos para el empleo de asociaciones público-privadas en la construcción, mantenimiento y actualización de los espacios para la enseñanza en México.

2. Ofrecer estrategias de diseño e implementación de esquemas de infraestructura escolar para las diversas realidades y situaciones del país en estrecha relación con las brechas de cobertura de espacios para la enseñanza, con la de servicios y equipamiento, con la de accesibilidad y flexibilidad, con la tecnológica, con la de regionalización, con la de los nuevos y necesarios requerimientos de formación educativa, de modelos pedagógicos y la cuestión magisterial para los próximos 15, 20 o 30 años.

3. Modificar o adecuar las leyes y reglamentos para la construcción, mantenimiento y dotación de servicios y equipamiento en los espacios para la enseñanza y con ello otorgar a las autoridades correspondientes de todas las facultades para regular y exigir el cumplimiento de normas y estándares convenientes en materia de espacios educativos a nivel país.

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