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Sobre el pasado, el presente y el futuro de la disciplina arquitectónica

Sobre el pasado, el presente y el futuro de la disciplina arquitectónica

31 agosto, 2022
por Yazmín M. Crespo Claudio

Quisiera iniciar por situarme para que tengan una idea de la posición desde la que hablo. Siguiendo los pasos de las académicas de arquitectura y diseño, la doctora Luz Marie Rodríguez y la doctora Yara Maite Colón, me gustaría decir: “Primero, soy puertorriqueña. Siendo los llamados ciudadanos estadounidenses hispanos que viven en un territorio no incorporado (un eufemismo moderno para “colonia”), habito una de las tantas fronteras trazadas y controladas por los Estados Unidos. Segundo, represento la estadística demográfica actual que ubica al 50% de la comunidad puertorriqueña en el llamado “main-land” y al otro 50% en la tierra “menor”. He sido educada tanto en instituciones privadas como públicas”. En la Universidad de Puerto Rico, la Universidad de Cornell y Harvard GSD. Tercero, enseño y práctico la arquitectura y el diseño desde hace 22 años en/desde los Estados Unidos, España y Puerto Rico. Actualmente soy candidata doctoral de Harvard GSD y GSAS, soy profesora en Harvard GSD —co-enseño el curso Otherness and Canon: Episodes of a Dialogic Reading of the History of Architecture—, soy Catedrática Auxiliar (Assistant Professor) de la Universidad Ana G. Méndez en Puerto Rico, fui Directora del departamento de Arquitectura, Arquitectura Paisajista e Interiores de la Escuela International de Diseño y Arquitectura (2014-2018) y soy co-fundadora del taller Creando Sin Encargos (tCSE). El colectivo de diseño, investigación y activismo está compuesto por las profesoras de arquitectura y diseñadoras comunitarias Yazmín M. Crespo Claudio, Irmaris Santiago Rodríguez y Omayra Rivera Crespo. El mismo se fundó en el 2012 en San Juan, Puerto Rico. Nuestra metodología es horizontal y nos interesan los aspectos sociales de la arquitectura y el diseño desde una perspectiva interseccional, decolonial y crítica. Pretendemos analizar experiencias junto con espacios, imágenes y objetos. 

El tCSE fue seleccionado el pasado 15 de febrero de 2022 para participar en la 13a Bienal Internacional de Arquitectura de São Paulo —Travessias. De 272 participantes de África, Asia, Europa, América y el Caribe eligieron solo 23 propuestas de Producciones Insurgentes. La 13a Bienal Internacional de Arquitectura de São Paulo estará presentando el proceso y resultados finales de los Workshops Arquitecturas Colectivas (WAC) en La Perla (2013), Puerta de Tierra (2017) y Barrio Obrero, San Ciprián (2021). En dichos talleres se desarrollaron proyectos de co-diseño y construcción en espacios públicos, apoyando iniciativas comunitarias existentes. Esto se lleva a cabo en colaboración con los residentes (niños/as, jóvenes y líderes/as) de las comunidades, otros diseñadores, voluntarios, y estudiantes de arte, arquitectura y diseño. El propósito de los WAC es agenciar espacios de equidad, donde todas las voces sean tomadas en cuenta.

Regreso a la Universidad para estudiar un PhD en historia y teoría de la Arquitectura 18 años después de que enseñé por primera vez mi primer curso de diseño en la Universidad de Cornell, 8 años después de haber sido la Diseñadora Asociada del proyecto TKTS Booth en NYC, ganador del World Architecture Award 2009, 4 años de ser directora de departamento de arquitectura y 6 años después de iniciar el taller/plataforma tCSE. 

La arquitectura es nómada, serpentea entre recuerdos e historias que se originan en el espacio; es flâneuse de con·TEXTOS. La arquitectura a veces es un lenguaje inexplicable, pero sensato. Es cómplice de diálogos e historias llenas de referencias. Esta ideología permite una experimentación más amplia e introdujo una cierta poesía en mi proceso pedagógico, una forma de involucrar al lenguaje como un camino alternativo al territorio arquitectónico convencional. Con este lente amplio, abordo democráticamente (Paulo Freire) el tema del con·TEXTO. El contexto no sólo como el lugar de la construcción, sino también como el texto; las texturas de la arquitectura como registros de memoria. Para así estimular a los estudiantes a cuestionar, pensar críticamente, ser analíticos, perceptibles y realizar conclusiones informadas.

 

Sobre el pasado reciente de la disciplina arquitectónica

Los experimentos pedagógicos jugaron un papel crucial en la configuración del discurso y la práctica arquitectónica en la segunda mitad del siglo XX. Experimentos como juegos lúdicos, travesías, actos poéticos, el diseño participativo y el diseño-construcción (design-build) han sido poco examinados a pesar de su proyección en las metodologías de enseñanza. ¿Cómo estas pedagogías experimentales de las décadas de 1960 y 1970 reflejaron cambios sociales/tecnológicos más amplios? ¿Cómo desafiaron estas metodologías la enseñanza y el aprendizaje convencional? ¿Cuál fue la relevancia continua de estas pedagogías para la práctica artística y pedagógica en curso, y cuál es su legado? Esta investigación establece conexiones entre arquitectura, educación y territorio, sintetizadas a través de un concepto que podría llamarse el imaginario espacial, que evoca no solo los problemas prácticos y técnicos de la arquitectura y el arte, sino también problemas epistemológicos y nociones drásticamente alteradas de la experiencia arquitectónica y espacial. Siguiendo las críticas centrales a la educación formuladas por la Pedagogía del oprimido (1970) del educador brasileño Paulo Freire y la noción de desescolarización de Ivan Illich (1971), examino las contranarrativas de la pedagogía arquitectónica situadas en América Latina y el Caribe. Estas operan como currículos, poemas, diarios de viaje por el territorio latinoamericano, pedagogía activista e instalaciones site-specific, creando espacios de posibilidades. Las contranarrativas, por lo tanto, se basan en los recursos culturales de los contradiscursos para proporcionar a los diseñadores/estudiantes la posibilidad de desafiar las narrativas-maestras, dando lugar a formas alternativas de “emergencia y devenir” colectivo y organizativo (Vaara, p. 501). 

Según Foucault, los contradiscursos indican “saberes subyugados” (Power/Knowledge, p. 82) más allá de los saberes oficiales aprobados. Sin embargo, es a través de estos “saberes locales, populares, que la crítica realiza su trabajo” (p. 82). Como explica Lyotard (1984), tales contranarrativas son característicamente “pequeñas historias”: las pequeñas historias de aquellos individuos y grupos cuyos conocimientos e historias han sido excluidos u olvidados en la narración de las narrativas oficiales.

Y así, en el presente-presente regresamos a contrarrestar las metanarrativas dominantes y las narrativas “oficiales” y “hegemónicas.”

 

Sobre el presente de la disciplina arquitectónica

Los espacios no son neutros, nos enseñan y nos construyen. Hacer teorías y proponer una práctica desde la perspectiva feminista del diseño arquitectónico y el urbanismo en Puerto Rico implica un posicionamiento descolonial. El conocimiento debe situarse en las experiencias e iniciativas comunitarias e interseccionales, en una pedagogía inclusiva y multidisciplinar, y en una negociación constante del espacio público ante la precariedad, resultado de un enfoque neoliberal. Implica crear contranarrativas que se enfrenten al estatus quo en el diseño. 

Re-ocupar, 

re-escribir,

des-aprender,

y des-acelerar 

el crecimiento desmedido son algunas de las guías que le dan forma a un nuevo acercamiento basado en la observación pausada y detallada, el intercambio de saberes, el respeto a los recursos naturales, el conocimiento situado (Haraway, 1988) y el romper con construcciones sociales y del espacio asociadas al género, la etnia, la clase, u orientación sexual. Son visiones contrapuestas a una sociedad patriarcal que visibiliza la perspectiva holística de las mujeres. Así, proyectar contranarrativas de la pedagogía arquitectónica insiste en un andamiaje local que objeta la visión global eurocéntrica y afirma la visibilidad y el uso del espacio, puede surgir de las tradiciones, el conocimiento situado, los procesos participativos y el cuerpo en movimiento. Un ejercicio crítico que proyecta la des-jerarquización de la que escribe Arturo Escobar (2016) en su libro Autonomía y Diseño:

“La realización de lo comunal,” para preguntarse “por el papel de la academia en las nuevas visiones del diseño” y “por supuesto a plantear la des-jerarquización y des-elitización del conocimiento, es decir, a la descolonización epistémica como elemento integral de estas visiones.” (Escobar, Automía y Diseño p.248)    

Así, comencé la agenda del curso Othernes and Canon en el GSD considerando la arquitectura con ‘a’ minúscula —la exploración como un pensamiento en movimiento de manera expandida. La pedagogía como medio empuja otros temas a la agenda de la arquitectura y el territorio. En este viaje crítico, un estudio de los experimentos radicales de la educación afirma que la mejor manera de cambiar la disciplina es transformando la forma en que se enseña. Por eso manejo el salón de clases como un espacio de investigación, un espacio horizontal y una comunidad de aprendizaje. No veo el salón de clases como algo separado de otros trabajos sociales. Soy una académica-activista preocupada por la “imaginación revolucionaria.”

 

Sobre el futuro de la disciplina arquitectónica

El futuro parece haberse detenido en el presente y estar preparado para permanecer allí por un período indefinido. Mirar al futuro es comenzar desde este incierto “error.” Como ha señalado Giuliana Bruno, profesora de Estudios Visuales y Ambientales del Departamento de Arte, Cine y Estudios Visuales de Harvard, el error implica un punto de partida de un camino definido; la semiótica del término incorpora la noción de errar o preguntarse. El error —la desviación de una ruta— está ligado a tal asombro, y agregaré el cuestionamiento/discusión. De esta manera errante, investiga diferentes visiones de la producción del espacio y ayuda a los estudiantes a desarrollar y mejorar sus habilidades de pensamiento crítico, enseñarles a hacer preguntas ineludibles/sólidas/críticas para encontrar respuestas alteradoras/radicales/ destiempo. Es decir, desde la indignación y el cuidado, desde una ecología de saberes y abandonando enfoques normativos que buscan resolver tipologías/programas predeterminados. De esta manera, diseñar formas de estar en el mundo, quizás, en contraposición al objeto arquitectónico. El proyecto arquitectónico como agente de liberación a diferentes escalas. Y, la narrativa arquitectónica como autohistoria-teoría (Gloria Anzaldúa) en su multiplicidad de lenguajes.   

 

Sobre la mochila —Carrier Bag Theory

Toma un momento reflexionar sobre la teoría de la mochila de la autora estadounidense Ursula Le Guin; me atraen las preguntas sobre los objetos materiales que fabricamos y compramos y por qué les hacemos sitio. A través del tiempo, el ser humano siempre ha estado acompañado de rastros/vestigios de vida que en definitiva deprecian. Y si uno fuera a desarmar estos objetos de deseo, entonces quizás cada uno apuntaría a preguntas similares: ¿Hay algún valor en el ensamblaje constante del espacio? Y, si lo hay, ¿qué estamos tratando de capturar al hacerlo?

Si las palabras, las imágenes y los objetos materiales que nos rodean sirven como conexiones silenciosas con una fuerza vital fuera de nuestro entendimiento, entonces considero que vale la pena esforzarse por prestar mucha atención a los objetos que uno elige llevar consigo. Quizás estos objetos puedan narrar una historia para aquellos que no encuentran las palabras. Y es justo esta narrativa que forma mi pregunta a los estudiantes graduados de arquitectura, paisajismo, planificación y de arte e historia de Harvard GSD: 

¿Qué experiencia, espacio, imagen y/u objeto cargas en tu mochila?

De vez en cuando reflexiono sobre los objetos, lugares, espacios y su posible aura: como archivo, restos pretéritos y todas esas cosas supuestamente resistentes al cambio. Tal vez, incluso como registro arqueológico constituido por materias (medios, médiums, mediación, ambientes meditativos, materia, materialidad). Las ideas/objetos para la mochila surgieron luego de mi experiencia personal durante el Huracán María (2017), las protestas del Verano del 2019 y las réplicas del 2020 —todavía ocurriendo en Puerto Rico. También, otras Mochilas, por ejemplo: ‘mochila de inmigrantes’, ‘mochila de activistas’, y por supuesto la que estamos empacando actualmente la ‘mochila de ideas’. La Mochila como archivo y como medio es una invitación a reunir saberes situados y diferentes modos de contar el pasado para generar discurso; lo que Gloria Anzaldúa, estudiosa estadounidense de la teoría cultural chicana, la teoría feminista y la teoría queer, llamó haciendo teorías. “Necesitamos teorías que señalen formas de maniobrar entre nuestras experiencias particulares y la necesidad de formar nuestras propias categorías y modelos teóricos para los patrones que descubrimos.” 

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