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Columnas

Esplendores de Chapala (y algunos ocasos)

Esplendores de Chapala (y algunos ocasos)

17 junio, 2019
por Juan Palomar Verea

La extraordinaria imagen se debe a los buenos oficios de investigador y difusor de Mario González García, a quien desde aquí se le agradecen puntualmente. En la ilustración se puede ver una sección de la alguna vez extensa playa de Chacaltita, principal frente lacustre del pueblo de Chapala. Dicha playa fue incomprensiblemente sustituida a principios de los años cincuenta para construir lo que se conoce como el banquetón, un parque bien edificado pero con el totalmente incorrecto concepto de borrar la playa y así hacer inaccesible la laguna. Esto fue parte de la transformación chapalteca que incluyó la demolición de toda una hilera de manzanas -con todo y plaza- de norte a sur para hacer la actual avenida de ingreso a la población (Madero). Con esto se cambió la escala del pueblo y se perdió una parte significativa de su patrimonio edificado. Fueron luego pavimentadas con concreto hidráulico las calles de aproximadamente doce manzanas, las correspondientes a su parte sur, con lo que se perdieron sus tradicionales empedrados y el carácter de la zona. Todo en aras de una modernidad equivocada.

Pero en fin. La fotografía del caso corresponde al lado sur de la manzana que actualmente conforman las calles de Ramón Corona (sobre la que están estas fincas), Zaragoza, 5 de Mayo y Niños Héroes. Salvo error, las fincas que aparecen, de izquierda a derecha, son las siguientes: casa proyectada por el ingeniero Pedro Castellanos Lambley, actualmente subsistente; casa porfiriana totalmente transformada hacia 1940 por el ingeniero Luis Barragán; después, casa posiblemente debida al ingeniero Aurelio Aceves. En la esquina nororiente, que ya no se ve, hay una muy importante casa funcionalista de Pedro Castellanos que ha sido totalmente alterada, pero que puede rescatarse.

En todo el frente de Ramón Corona existen en la actualidad una serie de chalets verdaderamente valiosos, en diversos estados de conservación. Arrancando del poniente, en la esquina de Hidalgo y el Paseo Ramón Corona está la muy interesante casa Braniff, edificada curiosamente (?) sobre los terrenos de la parroquia vecina. Entre lo relevante, siguen hacia el oriente, pasando Juárez, dos casas de Castellanos y la casa de don Emiliano Robles León de Luis Barragán ayudado por Ignacio Díaz Morales, actualmente en lastimoso deterioro; pasando Zaragoza siguen las obras mencionadas más arriba, con una casa posiblemente de Miguel Aldana Mijares en la esquina norponiente. Pasando la siguiente calle, 5 de Mayo, existe otra casa de Pedro Castellanos actualmente desfigurada pero que se puede componer. A continuación está el muy antiguo y muy bonito chalet porfiriano del ingeniero Antonio Arróniz (que tanto le gustaba a Kuni Hartung), con todo y su sistema constructivo similar al del edificio Arróniz de Guadalajara. Después otras casas y al final la benemérita calle de Guerrero. Rematando el Paseo Ramón Corona, pasando la avenida de la Cristianía, está, a su lado sur, el Club de Yates de Chapala, notable obra de Federico González Gortázar con un mural de José María de Servín.

El patrimonio de una población comienza con sus riquezas geográficas. La abolición de la playa, y hasta del nombre, de Chacaltita, fue un grave demérito para Chapala, como lo fue la abolición del río de San Juan de Dios para Guadalajara, todas las proporciones guardadas. Pero Chapala conserva aún un riquísimo patrimonio paisajístico y arquitectónico. Y es mucho lo que se puede hacer para ponerlo en valor y para rescatar lo perdido.

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