27 diciembre, 2013
por Rubén Flores | Twitter: RodionRomanov
1. Se pusieron de moda los parques urbanos después que el Tangamanga I probara su éxito en San Luis Potosí. Ya bien entrada la década de los noventa Aguascalientes, León y otras ciudades estrenaban sus respectivos pulmones que permiten la concentración de equipamiento. Pero no funciona igual para el Tangamanga II, al norte de la ciudad. Tanto que el muy prometido parque Tangamanga III, que debería equipar el oriente de la ciudad, ha formado parte de tantas campañas políticas que le podríamos hacer un chiste como a Andrés Manuel o a Cuauhtémoc Cárdenas.
(Imagen vía: http://blog.hotelescity.com/index.php/experiencias-virreinales-san-luis-potosi/)
2. Cuando los chilangos peatonalizaron la calle de Madero en el Centro Histórico del DF me acordé de nuestra calle de Zaragoza, peatonalizada por Mario Leal (creo). Otro caso de éxito adelantado a su tiempo que conectó la calle Hidalgo (que ya había sido peatonalizada en los setentas), algunos jardines con su respectivo equipamiento y la Calzada de Guadalupe (Trazada por el General Saturnino Cedillo, que alberga la famosa caja del Agua y varios edificios públicos importantes) para formar lo que la convirtió, al ser inaugurada, en el corredor peatonal más grande de Latinoamérica.
(Imagen de http://rinconar.blogspot.mx/2011/03/la-calle-de-zaragoza-en-san-luis-potosi.html)
3. La Avenida Carranza sigue siendo punching bag de conservacionistas y especuladores inmobiliarios que no atinan a protegerla unos ni a terminar de desmadrarla otros.
(Imagen vía: http://www.urbanfreak.net/showthread.php/8591-ZM-Morelia-vs-ZM-San-Luis-Potosi/page864 )
Tres casos exitosos de intervención urbana que somos incapaces de replicar.
Cada que aparece alguien queriendo defender las piedras apiladas en forma de casas o edificios públicos a lo largo de Carranza, yo no puedo dejar de pensar que no van a tener éxito porque no somos capaces de transmitir la importancia que tiene un buen espacio urbano o espacio público o espacio –así a secas– para tal caso.
Ergo, es nuestra culpa. Pero, caso curioso, es nuestra culpa no por la falta de capacidad de conservar la vialidad o el parque exitoso existente, es nuestra culpa por que no hemos sabido replicar el éxito de una Carranza nueva y descentralizada (o muliticentralizante, ¿será?) que tenga la capacidad de acomodar esos edificios que reclaman un sitio y se yerguen feos y afeantes a lo largo de la calle ésta que queremos defender como si un capelo fuera capaz de algo.
Ya lo descubrió el Principito, que el capelo ayuda a conservar, pero no a evolucionar. Estamos centrados en la patética conservación de un modelo pedante y egoísta que bien podría ser la semilla de todo un jardín de modelos exitosos.
Y no son los únicos proyectos urbanos de la ciudad, ¿verdad? Están “Los Puentes”, la canalización del Río Españita, el aprovechamiento del Río Santiago y el Españita como vialidades y parques lineales, está Ciudad Satélite, están montones de Fraccionamientos que más o menos permiten habitar pero que no se hablan con la ciudad (incluso los hay abiertos e incapaces de dialogar, antes de que miren feo a Privatopia Poniente), está Jesús Goytortúa y otro buen montón de (es)casos de éxito que igual nos han costado tiempo, dinero y auditorías que no cuajan.
¿Cómo para cuando generaremos una verdadera cartera de proyectos urbanos susceptibles de formar un discurso más o menos lógico?
Sépala. Ahora que el IMPLAN funcione, tal vez. Tal vez no.