Gobierno situado: habitar
Un gobierno situado, un gobierno en el que quienes gobiernan se sitúan, que abierta y explícitamente declaran su posición y [...]
1 noviembre, 2021
por Alejandro Hernández Gálvez | Twitter: otrootroblog | Instagram: otrootroblog
“Debe haber gratificación instantánea; sobre todo, uno debe ser capaz de comprar sensaciones y estatus; la experiencia y los productos deben estar a la venta.” Eso lo escribió Ada Louise Huxtable en su artículo “Living With the Fake, and Liking It”, publicado en el New York Times hace 24 años, en 1997, donde hablaba, entre otras cosas, del trabajo de Jon Jerde, el arquitecto que diseñó la Fremont Street experience, en Las Vegas, “envolviendo al paseante nocturno —dice Huxtable— en un show de luz y sonido generado por computadora”.
Hace unos días, Sandra Cuevas, alcaldesa de la Cuauhtémoc, presentó un ambicioso proyecto para intervenir la calle Génova, en la Zona Rosa, con un “túnel audiovisual” que “busca recrear una experiencia como la de Freemont Street, en Las Vegas”, según reporta la prensa. Y aunque el proyecto de Jerde haya sido inaugurado el 14 de diciembre de 1997, el video que compartió la alcaldesa califica la intervención, a inaugurarse el 14 de febrero del 2022, como única y de vanguardia:
El más extraordinario proyecto que la alcaldía Cuauhtémoc trae para ti. La seducción y la magia te envolverán. Ubicado en una de las zonas más emblemáticas y de mayor trascendencia cultural: la Zona Rosa. Un corazón latiente para alcanzar su máximo potencial turístico te ofrece la más novedosa experiencia para dar impulso a diversos sectores económicos. Sumérgete en la experiencia más ambiciosa e innovadora de toda América Latina. Transpórtate en una mágica experiencia, única y de vanguardia, que hará despertar todos tus sentidos: el Corredor turístico y tecnológico en calle Génova. 4 mil metros cuadrados de pantallas led de alta tecnología en un espacio altamente calificado por su seguridad y control sanitario. Será un atractivo espectáculo audiovisual que incita a la aventura.
Por supuesto no es la primera vez que se quiere “recuperar” esta parte de la Ciudad de México con intervenciones “únicas y de vanguardia” que, al mismo tiempo, se inspiran en casos quizá poco estudiados por quienes los han propuesto. Desde el absurdo Corredor Cultural Chapultepec en el 2015 —mejor conocido como Shopultepec—, hasta el intento de transformar la Glorieta de Insurgentes en nuestro Times Square, en el 2012, por mencionar un par. De este último cabe recordar la manera como presentó la idea el entonces secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda de la ciudad, Felipe Leal, con un tono menos exaltado pero similares aspiraciones a las con que hoy se presume el túnel audiovisual:
La idea es tener un punto de concentración como pasa en muchas urbes del mundo, lo que pasa en Times Square en Nueva York, lo que pasa en Shibuya en Tokio, lo que pasa en Picadilly Circus en Londres. Son puntos de alta concentración de publicidad con nuevos recursos tecnológicos, con pantallas, con elementos lumínicos para avivar mucho y que esté concentrada la publicidad en un punto y tengamos después una serie de pausas.
La timesquerización de la Glorieta de Insurgentes fue un fiasco, como seguramente hubiera sido Shopultepec si la oposición ciudadana no hubiera detenido el proyecto. No es difícil imaginar cuál pueda ser el resultado del túnel tecno-audiovisual de la alcaldesa Cuevas. Pero más allá de lo que se pueda decir de los modos y las aspiraciones que estas intervenciones, propuestas o ejecutadas, han compartido, hay que remarcar la intención común de rescatar la Zona Rosa de una decadencia que no sólo es visible en lo construido sino en quienes la visitan. Porque cada vez que se habla de revivir la Zona Rosa se cierran los ojos y se invisibiliza a quienes desde hace mucho y todavía hoy, pandemia mediante, viven y ocupan sus calles. Como apuntó Jose Ignacio Lanzagorta en una entrevista con Christian Mendoza, la recurrente intención de “rescatar” a la Zona Rosa porque ya no es lo que era es un discurso que tiene “un poco una cuestión de clase y una cuestión meramente urbanística.” ¿Qué tanto comparte la idea de convertir a la calle de Génova en una “experiencia audiovisual” con la violencia excluyente ejercida contra la Tianguis Disidente que se instala en esa misma zona?
Si en su propia mitología Cuevas, José Luis Cuevas, se proclamó inventor de la Zona Rosa, ahora Cuevas, Sandra Cuevas, quiere reinventarla con su túnel del tiempo audiovisual que en realidad se suma a los discursos y acciones de quienes llevan años, décadas, intentando regresar a tiempos mejores borrando y excluyendo a quienes hoy la ocupan.
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