Gobierno situado: habitar
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21 noviembre, 2016
por Alejandro Hernández Gálvez | Twitter: otrootroblog | Instagram: otrootroblog
En el 2004, asociados el despacho de Derek Dellkamp y el Taller de Operaciones Ambientales ganaron un concurso por invitación para el desarrollo de un Parque Educativo y Ambiental en la Tercera Sección del Bosque de Chapultepec. El proyecto no se realizó.
En el 2015, la Dirección del Bosque de Chapultepec y la SEDEMA convocaron a otro concurso por invitación a cinco despachos de arquitectura —PRODUCTORA, Frida Escobedo, Rozana Montiel, Módulo 11 y Bandada!—para el “Anteproyecto Arquitectónico del Parque Constituyentes”. Los participantes en el concurso entregaron sus propuestas y quienes lo convocaron jamás anunciaron al ganador. Al respecto, el 30 de octubre del 2015, Francisco Pardo escribió en el blog de Arquine:
Este nuevo ejercicio de ausencia de democracia es otro ejemplo de una autoridad negada a la transparencia, tratando de renunciar al cinismo previo, pero asumiendo la simulación o, mejor dicho, la manipulación. El gobierno de Miguel Ángel Mancera parece que lo hace porque puede, porque quiere, porque no sabe o porque no sabe que no sabe.
Pardo, por cierto, no excusó de responsabilidad a los arquitectos que tragaron el anzuelo, persiguieron la zanahoria por ego, por arrogancia o por ingenuidad y aceptaron jugar bajo reglas ambiguas y poco claras.
Llegamos al 2016. El viernes 28 de octubre se publicó en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México una convocatoria a otro curioso concurso invitando a “participar en la propuesta para generar un proyecto integral recreativo-cultural” en, de nuevo, la Tercera Sección de Chapultepec. A los participantes se les pide “presentar una única propuesta para el desarrollo de un espacio integral” y se les explica que “las instalaciones existentes en términos generales consisten en diversas construcciones que podrán ser modificadas para el desarrollo del proyecto.” ¿Está claro? No, por supuesto. A los interesados en participar se les otorgan cinco días hábiles para inscribirse —téngase en cuenta que se trataba del fin de semana anterior al Día de Muertos— y treinta para entregar su propuesta que deberá incluir, nada más, “la rehabilitación y reestrucutración del espacio de la Tercera Sección,” con “un proyecto integral, sustentable y resiliente,” incluyendo “reforestación por etapas”, diseño de iluminación y de tratamiento de agua y “regirse y cumplir con todas las exigencias aplicables de la certificación LEEDv4.” Sí, nada más. Y en treinta días. La entrega de la propuesta incluye “plantas, cortes, fachadas, instalaciones eléctricas, hidrosanitarias,” en versiones PDF y DWG. No se aclara cuántas láminas ni a qué escala, lo que seguramente hará difícil que se puedan evaluar con claridad. Los nombres de los miembros del jurado —“compuesto por académicos reconocidos, miembros de asociaciones, expertos en proyectos arquitectónicos, ambientales y diseño de paisaje”—, obviamente, se omiten.
En un artículo publicado el primero de noviembre, Salvador Camarena, tras varias razonables dudas sobre la discreta convocatoria al misterioso concurso, se preguntaba, en el caso de que se tratara de “una idea virtuosa, ¿por qué no se conoce al jurado?, ¿por qué no se amplían los plazos?, ¿por qué no se hace con plena participación ciudadana?” Tras esta convocatoria, apareció otro proyecto, ya desarrollado por el arquitecto René Cinta, para un “Parque de la Salud” en la misma zona de Chapultepec.
Si no fuera suficiente con esta colección de concursos convocados y no fallados sino fallidos, de proyectos poco conocidos y no realizados, de convocatorias publicas a encontrarse en la página 72 de la Gaceta Oficial en un viernes cualquiera, ahora parece que se convoca a otro concurso, por invitación, para rehabilitar el Museo Nacional de Historia Natural. Los participantes deberán entregar sus propuestas el 9 de diciembre —sí, en tres semanas. Por cierto, para ese museo también hay al menos un proyecto anterior, realizado por el Taller de Arquitectura de Alberto Kalach en el 2009, y en el 2013 hubo una licitación por invitación para la “renovación de cuatro bóvedas” y una propuesta museográfica, también ganada en licitación por Concepto M, como contó Salvador Quiróz, responsable de ese proyecto, también en el blog de Arquine.
El proyecto también se detuvo. Quiroz afirma que su implementación y ejecución requerirían al menos dos años de “la más eficiente y rigurosa coordinación institucional, privada y legal.” Pero cuando concursos van y concursos vienen, convocados con prisas, sin claridad, con reglas ambiguas y con exigencias que hacen suponer que nadie podría cumplirlas cabalmente —a menos, claro, que sospechemos que alguno trabaja desde antes de convocar de manera “abierta”—, ¿cómo esperar una coordinación institucional eficiente y rigurosa? Pareciera, más bien, que en lo único en que el gobierno del ex Distrito Federal logra coordinarse es en su continuada obsesión con Chapultepec: Corredor Cultural, rueda de la fortuna, “CETRAM” y ahora estos misteriosos concursos.
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