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Columnas

El imperio del miedo en Canal Nacional

El imperio del miedo en Canal Nacional

23 agosto, 2019
por Areli Carreón

 

Desde hace 20 años un grupo de vecinos generosos ha mantenido con sus propias manos el patrimonio histórico y natural de Canal Nacional, donando su tiempo y energía a proteger flora, fauna y a realizar trámites interminables para lograr su protección y rescate.

Gracias a este esfuerzo, se logró el compromiso de la actual jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, de rescatar este espacio para recuperar el cuerpo de agua, las zonas verdes y lograr una conexión para caminar y andar en bici desde los humedales de Parque ecológico Xochimilco hasta Río Churubusco, en Coyoacán. Las obras comenzaron a principio de este mes, pero notas de prensa no desmentidas por las autoridades y oficios del Sistema de aguas de la ciudad, informaron que no se construirá una ciclovía en el primer tramo, a petición de algunos vecinos quejosos.

Los quejosos nunca participaron de los esfuerzos cívicos para proteger el Canal. Crearon el rumor de que en la zona habría un ecocidio de árboles y que el deseo de las autoridades era construir vialidades. Durante meses han afirmado que no ha habido información sobre el proyecto y a pesar de numerosas juntas con las autoridades, recorridos, dictámenes por escrito y  talleres con distintos funcionarios, varios aún afirman que la intención del gobierno es destruir las áreas verdes, imponer un proyecto para promover el ambulantaje o para vender bonos de carbono. En las juntas con las autoridades mencionaron su miedo a que ellos y sus mascotas sean atropellados por ciclistas, a que gente de Iztapalapa y Xochimilco transite por ahí y que pueda haber ladrones y malvivientes y a su preferencia por que ese espacio se mantenga como está, si eso les permite seguir disfrutándolo de forma privada.

El miedo a lo desconocido, la incapacidad de imaginar lo que no existe y la incredulidad en un mundo nuevo son nuestros principales obstáculos para crearlo.

Estos vecinos, que también impidieron la construcción de la estación de metro Vía Láctea cerca de sus casas, se han empeñado en defender su territorio como lo conocen, porque temen que se deteriore. Prefieren la basura, las ratas, la falta de mantenimiento que un lugar mejor que tengan que compartir. Prefieren malo por conocido que la posibilidad de perder lo que conocen. En su imaginación no existe una realidad posible diferente. Como diría un popular dicho de nuestros días: para muchos es mucho más sencillo imaginar la destrucción del mundo, que el fin del capitalismo.

Lamentable es que el miedo construye los peores temores de quienes sucumben a él: su temor a la gente “fea y desconocida” que puede pasar frente a sus casas se desvanecerá frente a la previsible migración incontenible que el cambio climático no hará sino agravar. Impedir la construcción de soluciones de movilidad sostenible, como la ciclovía, es la mejor manera de crear un infierno real, mucho más terrorífico que sus peores pesadillas.

Lamentable es también que por miedo a perder votos y elecciones, el gobierno de la ciudad enfrente a ciudadanos en una especie de puja a ver quién se queja más fuerte: unos para defender derechos establecidos en la ley, otros para preservar privilegios que largamente experimentaron como tales. Esta “subasta” es inaceptable. Todos tenemos derecho a la ciudad, a espacios públicos de calidad, a obras públicas que nos permitan reducir emisión de gases de efecto invernadero y mitigar los peores efectos del cambio climático, como las inundaciones o el aumento de la temperatura. Todos necesitamos un Canal Nacional verde, con agua limpia y libertad para disfrutarlo.

El espacio público no es privado y el derecho de los vecinos a participar y ser consultados termina en donde empieza el derecho de todos los habitantes de la ciudad a respirar aire limpio, a contar con más espacios verdes y a transitar libremente por la ciudad. Es obligación del gobierno mediar entre ciudadanos para que impere la ley y no el miedo: convocamos al gobierno de la ciudad a que funja con su papel de administrador y garante del bienestar público y encuentre, de forma innovadora, la manera de garantizar los derechos de todos.


Areli Carreón, alcaldesa de la bicicleta de la Ciudad de México, 2017-2019

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