Hace treinta y un años, en visita a Frankfurt y caminando por el Ostpark, detectamos en la lejanía un fino trazo contra el fondo verde profundo de césped y follaje. Atraídos caminamos mi pequeño hijo —hoy claro, un hombre, convertido además en arquitecto— y yo, a la “Unterstandshalle”. Esto en español equivale a ‘pabellón de descanso’. Y sí que lo es. Situado en medio de las treinta y dos hectáreas que conforman el parque urbano, en el margen de un lago artificial, este espacio que estaba un tanto en el abandono, me acogió. Si bien resultaba perceptible que ésta no era toda la estructura original —fácil intuir que se había dañado con los bombardeos de la guerra— a esta sola losa semicircular apoyada sobre tres delgadas columnas y rodeada por una banca la sentí expresiva e íntima. En ella flotaba un aire de familiaridad, y recuerdo habérselo comentado a Julián. Lo que yo no sabía, en ese momento, es que habíamos ido a dar a una obra de su abuelo.
Queda en evidencia pues que mi conocimiento de la obra de Cetto era, por aquel entonces, bastante exiguo. Pero ahora, para dar pie a lo importante, remontémonos primero mediante imágenes mucho más atrás, a la época en que surgió el pabellón.
Así lucía hace 92 años:
Imagen de 1928. Foto del archivo Max Cetto en el Deutsches Architektur Museum (DAM).
Reverso de imagen con la letra del arquitecto. Archivo Max Cetto en el Deutsches Architektur Museum.
Unterstandshalle im Ostpark (1928). Fotos del archivo Max Cetto en el Deutsches Architektur Museum (DAM)
No tuvimos ocasión, en ese entonces, de mirar el pabellón desde el agua. ¿Será que daría todavía en 1989, como en esta imagen, la idea de un barco?
Un par de años atrás me enteré que el gobierno de la ciudad se planteaba renovar el pabellón y que, para mi sorpresa, a la “Unterstandshalle Ostpark” ahora se le conoce como el “Cetto-Pavillon”. Recién han concluido con el remozamiento —esto, según me comentan felizmente mis informantes— aunque me pregunto si quizás todavía no, en virtud de que no le han repuesto la pared curva de vidrio que originalmente tenía. Por lo demás, bueno, será cosa de irlo a visitar para conocer de su fidelidad al original y si la idea es una completa puesta en valor. Si, como antes, veremos a niños jugando en el lago, a la vista de sus padres descansando en la banca.
El «Cetto-Pavillon» en 1928. Fotos archivo DAM.
Remozamiento en proceso. Imágenes de julio, 2019. Fotos de Suleman Anaya.
Están en pie, algunas en muy buen estado de conservación, varias edificaciones que Cetto proyectó cuando, muy joven todavía, trabajaba con Ernst May en Frankfurt, en los ambiciosos planes del régimen progresista de la ciudad.
Data de 1928 —estamos hablando que Max tenía 25 años— el pabellón de descanso junto al lago. Cuando supe que lo renovarían, solicité al Archivo del Deutsches Architektur Museum en Frankfurt las respectivas fotos de la época. Y lo platico porque en la web es posible checar qué materiales se encuentran bajo resguardo en el Archivo Max Cetto del DAM. Perfectamente organizados en carpetas —cada una encabezada por un texto que analiza y resume su contenido— se puede saber qué documentos, cuáles planos y fotos tienen con todo y su respectivo número de inventario. Son en total 600 fotografías, 70 planos, 25 dibujos, cientos de cartas, manuscritos y otros documentos. De manera que pregunté si sería posible que me enviaran copia de las catorce imágenes que les estaba yo solicitando. Y el resultado fue que rauda y gentilmente me hicieron llegar todos los escaneos que les pedí, por lo que hoy, aquí, comparto algunos.
Así organizan y atienden los archivos, lo que en nuestro querido México es, en buen número de casos, todavía aspiracional.
Lecturas sugeridas:
- 3. Hils-Brockhoff, Evelyn, “Zum Nachlass von Max Cetto (1903-1980) en DAM Architektur Jahrbuch 1996, Prestel Verlag, München-New York, pp. 178-183