Los dibujos de Paul Rudolph
Paul Rudolph fue un arquitecto singular. Un referente de la arquitectura con músculo y uno de los arquitectos más destacados [...]
10 octubre, 2018
por Miquel Adrià | Twitter: miqadria | Instagram: miqadria
La tercera edición del MCHAP ya tiene ganador: el Aulario UDEP, en Piura, Perú, obra de Barclay & Crousse.
El premio Mies Crown Hall de las Américas fue creado en 2013 por el Colegio de Arquitectura del Instituto de Tecnología de Illinois con carácter bianual. El Premio de las Américas privilegia las obras construidas qué reconocen la naturaleza interdisciplinaria de la profesión en la intersección entre la metrópolis y la ecología. Un jurado presidido por Ricky Burdett, profesor del London School of Economics de Londres y conformado por Claire Weisz de Nueva York, Rodrigo Pérez de Arce de la Universidad Católica de Santiago de Chile, Ron Herdenson profesor en el IIT y Jose Castillo de México. Para esta edición se nominaron 175 proyectos completados entre enero de 2016 y diciembre 2017. Este premio ya implica un enorme reconocimiento, aunque no viene con un cheque sino con el compromiso de llevar a cabo una investigación que se convierta en una publicación. En las anteriores ediciones ganaron Herzog&deMeuron, Álvaro Siza y Kasuyo Sejima. En buena medida el peso de los primeros galardonados dieron un aval a este premio emergente que ideó Wiel Arets en los años que dirigió la escuela de Arquitectura del IIT, cuya sede es el Crown Hall, proyectado por Mies van der Rohe.
Este premio —afirma Burdett— no busca destacar la pirotecnia arquitectónica ni objetos icónicos, sino edificios qué funciones para sus ciudades y comunidades. Por ello se seleccionaron seis obras reconociendo a sus autores -tanto a los arquitectos como a sus clientes- que aportan nuevas tipologias. El premio Mies Crown Hall de las Américas tiene la ambición de reconocer la mejor arquitectura en un continente de más de mil millones de habitantes, donde el 80 por ciento vive en ciudades. Estos fueron los seis finalistas:
La nueva sede del Instituto Moreira Salles, ubicada sobre la Avenida Paulista y proyectada por Andrade + Morettin, propone un centro cultural en vertical capaz de reubicar la calle en el cuarto nivel desde donde se accede -arriba y abajo- a las salas de exposiciones, auditorio y biblioteca, convirtiéndose en un elemento significativo en el panorama cultural de Sao Paulo.
El Aulario UDEP, diseñado por Sandra Barclay y Jean Pierre Crousse, se ubica en Piura, Perú. El edificio se levanta como una nueva tipología educativa creada bajo cuatro criterios: un nuevo paisaje para el aprendizaje, sentido de comunidad, el edificio como campus y por último, la atención al espacio y al clima.
El SESC 24 de Maio de Sao Paulo, proyectado por Paulo Mendes da Rocha + MMBB y presentado por Marta Moreira, es un centro público para el desarrollo social y cultural que ocupa la estructura de un edificio construido en 1940 qué se injerta una super-estructura sobre la prexistencia en el congestionado centro de la metrópoli paulista.
El Museo Nacional Smithsoniano de Historia y Cultura Afroamericana, proyectado por el arquitecto británico David Adjaye, está situado en la cercanía del monumento a Washington de la capital de la Estados Unidos y mantiene un perfil sutil en el paisaje: más de la mitad debajo de la tierra, con cinco pisos por encima.
El Centro Cultural Teopanzolco es el resultado de un concurso convocado por Cristina Faesler, como Secretaria de Cultura de Morelos. Sus autores, Isaac Broid y PRODUCTORA, ubicaron el nuevo auditorio en un predio frente a la zona arqueológica de Teopanzolco, planteando dos estrategias fundamentales: por un lado potenciar la relación con el sitio arqueológico y por el otro generar espacio público significativo.
Proyectado por Edwin Chan de Los Angeles, True North está abierto al vecindario de Detroit y es un desarrollo creativo para una comunidad que ha regresado a la deprimida capital de los coches en el mapa de las ciudades, de una nueva manera.
Los seis proyectos tienen en común una cierta confianza en el futuro, en la capacidad para crear consensos con clientes y comunidades, construyendo un cierto sentido de comunidad y espacios de encuentro. No sólo son edificios para ser vistos sino para ver y enmarcar la ciudad desde ellos y, sobretodo, para albergar espacios incluyentes. Finalmente con un ganador americano (los premiados en las primeras ediciones fueron europeos —como el fundador del premio— y japonesa) el Premio de Arquitectura Crown Hall de las Américas no sólo destaca una obra extraordinaria sino que celebra finalmente, a un equipo americano.
Arquine publicó su libro “Barclay & Crousse Paisajes de la intimidad” | Encuéntralo en la tienda online
Paul Rudolph fue un arquitecto singular. Un referente de la arquitectura con músculo y uno de los arquitectos más destacados [...]
La casa que Ludwig Wittgenstein proyectó para su hermana era un manifesto, una propuesta, una reinterpretación desnuda y protomoderna de [...]