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¡Felices fiestas!
El proceso de La Borda inicia el año 2012 en el marco de la recuperación comunitaria de Can Batlló. Un grupo de vecinos y vecinas decidieron auto-organizarse para resolver, de manera colectiva, la necesidad de acceso a la vivienda a partir de la implementación de una cooperativa de vivienda en cesión de uso. La cooperativa de arquitectos Lacol se involucró desde el inicio, empujados por la motivación de construir una alternativa en un contexto de grave crisis habitacional en Barcelona.
Esta implicación se convierte en una oportunidad para repensar la producción de la vivienda popular que sea desde abajo y con la participación de las futuras usuarias. La innovación del proceso de promoción ha sido clave para poder trabajar la arquitectura más allá de su formalización. Se identificaron cinco características del modelo que tienen una respuesta directa en el proyecto: autopromoción, cesión de uso, vida comunitaria, sostenibilidad y asequibilidad.
La cooperativa es la propietaria del edificio, el cual está construido sobre un solar de titularidad pública, y cede el derecho de uso de la vivienda a sus socias, agrupadas en unidades de convivencia. Mediante este modelo de tenencia alternativo a la propiedad privada se pone el valor únicamente en el uso de la vivienda y no en su valor de cambio en el mercado, con lo que se evitan usos especulativos.
La infraestructura común (soporte) se define a partir de una matriz homogénea de unidades habitacionales (16 m²) que genera una tipología de vivienda no jerarquizada y apropiable para cada usuario mediante decisiones libremente adoptadas (componentes). La cooperativa priorizó realizar un edificio con el mínimo impacto ambiental, tanto en su construcción como en su vida útil.
Otro objetivo básico fue eliminar la posibilidad de pobreza energética entre sus usuarias, situación que sufrían algunas de ellas debido al elevado coste de la energía y falta de recursos económicos. La estrategia inicial del proyecto para reducir la demanda energética ha sido la optimización del programa, con la renuncia al aparcamiento de coches subterráneo, la colectivización de servicios y la reducción de la superficie de las viviendas.
Puedes encontrar este proyecto en nuestra Revista Arquine No.94 vivienda colectiva.