Las palabras y las normas
¿Qué decimos cuando hablamos de gentrificación? La ambigüedad de este término y su uso en la legislación podrían ser el [...]
16 julio, 2018
por Rosalba González Loyde | Twitter: LaManchaGris_
“Más que el tipo de ciudad (extendida o compacta), lo que determina la calidad de vida urbana son, oh descubrimiento, las políticas públicas y la planificación urbana asociada a ellas.”
Rodrigo Salcedo
Al inicio de la administración actual de la Ciudad de México, entonces Distrito Federal, se hablaba con soltura y mucha desmesura de la necesidad de trabajar hacia una ciudad compacta,(1) se mencionaban sus beneficios en donde los habitantes de esta ciudad seríamos receptores de todas sus bondades; mayor acceso a servicios, cercanía a zonas de trabajo, educación y, de paso, ayudaría al medio ambiente. Está de más decir que nada de esto ha sucedido.
Aunque es cierto que el modelo de ciudad compacta ha probado ser positivo en algunas ciudades europeas no se trata de una receta replicable, el modelo no es factible sin no hay detrás un entendimiento integral de la ciudad donde se pretende aplicar, pues eso que veían muchos pro-ciudad compacta funcionar en Europa, era resultado de la suma de políticas públicas e intervenciones urbanas que, entre otras cosas, limitaban la densidad poblacional, ofrecían una abundante infraestructura y una red de transporte público eficiente. Es decir, una buena gestión y planificación urbana.(2)
Por el contrario, en el último sexenio en la Ciudad de México se produjo un crecimiento del desarrollo inmobiliario en zonas centrales con el discurso de la ciudad compacta sin una renovación de infraestructura de servicios, sin una visión de transporte público que incentive a los nuevos habitantes a dejar el auto y sin una política pública que aminore el impacto de la renovación urbana frente a la expulsión y segregación.
Este esquema permitió y legitimó que las delegaciones centrales como Benito Juárez, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Venustiano Carranza comenzaran con una explosión de proyectos inmobiliarios que ha dejado insatisfechos a muchos, especialmente a los vecinos quienes han buscado espacios a través de la organización local para frenar el proceso que está lastimando su calidad de vida y limitando el acceso a una mejora de ésta a otros.
[Proyectos inmobiliarios registrados entre 2014-2016 en Ciudad de México. Elaboración propia con datos de GeoComunes. Se pueden descargar los datos en el siguiente enlace: http://bit.ly/2NA5WxQ.]
Pero las quejas vecinales no eran suficiente voz para hacer eco de lo que estaban provocando los desarrollos inmobiliarios en las zonas centrales de la ciudad hasta que sucedió el sismo del 19 de septiembre. Entonces nos dimos cuenta que la delegación con más proyectos inmobiliarios en los últimos años habría sufrido daños severos durante el sismo y varios de ellos en edificaciones recientes, lo que ponía en tela de juicio el rigor de las nuevas construcciones en la ciudad.
El caso del edificio de Zapata 56, en la colonia Portales, donde una construcción de menos de un año de antigüedad colapsó causando la muerte de dos mujeres resulta inquietante. Luego de que diversos medios publicaran la investigación y revelaran que se ha tratado de fallas en el diseño y violaciones al reglamento de Construcciones del Distrito Federal y sus Normas Técnicas Complementarias, así como corrupción y falta de transparencia en el proceso de revisión de la obra en el que participa la hoy conocida figura del DRO (Director Responsable de Obra), la incertidumbre de habitar la ciudad aumentó. La pregunta, frente a un eventual sismo, ya no es si el edificio es post 1985, sino si se trata de un edificio del último sexenio.
El modelo de ciudad compacta no es una receta, ni es infalible; si bien las ciudades europeas menos densas han vivido transformaciones positivas con el aumento en la oferta de vivienda en mayor densidad en zonas centrales, la falta de planificación y la permisividad en el desarrollo inmobiliario en Ciudad de México han provocado el efecto contrario: aumento de costo, del tráfico, problemas por sobre demanda de servicios, así como expulsión y segregación de población de menores ingresos. No estamos transitando a un modelo de ciudad compacta, sino al de urbanismo rapaz, como lo ha expresado en innumerables ocasiones Sassen.
Notas:
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El cártel inmobiliario, desde una visión crítica, no recae en un partido político o grupo específico, sino en un modelo [...]