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Obras

Casa Ocho Quebradas

Casa Ocho Quebradas

Presentado por:


Nombre del Proyecto: Casa Ocho Quebradas
Arquitectos: ELEMENTAL | Alejandro Aravena, Victor Oddó, Suyin Chia
Página web del despacho: www.elementalchile.cl
Ubicación: Los Vilos, Chile
Fecha: 2018
Fotografía: Alejandro Aravena, Elemental, Olga Surogina, Philippe Godoy


 

Ocho Quebradas es un proyecto inmobiliario en el océano Pacífico, 250 kilómetros al norte de Santiago, en el cual se les encargó a ocho arquitectos japoneses (Sejima, Nishizawa, Kuma, Fujimoto, Ishigami, Atelier Bow-Wow, entre otros) y a ocho arquitectos chilenos diseñar una casa de fin de semana.

No hay cliente concreto aún; sólo un conjunto de condiciones por parte del desarrollador, quien definió un área construida —250 metros cuadrados—, un programa —cuatro dormitorios, estancia y comedor, cocina, baños y una cava— y un presupuesto total de medio millón de dólares, al cual cada arquitecto debía responder con total libertad.

Les pareció a los arquitectos que tanto el sitio como el hecho de ser una casa de fin de semana eran una oportunidad para explorar cierto primitivismo. Aquí, el océano Pacífico no es pacífico en absoluto: el agua es de color blanco por la violencia con que golpea al continente.

Por otro lado, una casa de fin de semana es, en última instancia, un lugar de retiro donde las personas se permiten volver a una forma de vida más esencial.

Los arquitectos usaron el vacío al otro lado de la mesa —la ausencia de un cliente— como coartada para eliminar las convenciones de la vida doméstica, explorando las dimensiones más irreductibles de la vida.

Eligieron moverse hacia atrás, hacia lo arcaico, no como un escape nostálgico, sino como un filtro natural contra los clichés. En una época donde el hambre por la novedad amenaza con convertir la arquitectura en algo inmediatamente obsoleto, pareció a los arquitectos que debían aspirar a la atemporalidad.

Así, pensaron en tres volúmenes: uno horizontal, ligeramente en voladizo en la parte superior del acantilado, y que fuera autosuficiente, para que la pareja principal pueda usarlo sin tener que abrir el resto de la casa; uno vertical; que contiene todas las demás habitaciones requeridas, además de una terraza en la parte superior, y que nos ha permitido reducir la huella en el sitio y ampliar el horizonte frente a la inmensidad del océano; y, entre ambos, uno levemente inclinado y hueco que contiene el lugar del fuego; no es una chimenea —que ya es algo civilizado—, sino un fuego, uno de los logros a la vez más revolucionarios y antiguos del hombre.

De las seis caras de los volúmenes, cinco son de hormigón a la vista; la sexta está hecha de la misma madera que se utiliza como cimbra para el concreto. Esperamos que estos volúmenes envejezcan como lo hace la piedra, consiguiendo algo de la brutalidad del lugar, pero sin dejar de ser gentiles para que la gente pueda disfrutar de la naturaleza y la vida en general.

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Puedes encontrar este proyecto en nuestra Revista Arquine No.86 Formas Domésticas.

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