10 noviembre, 2014
por Arquine
por Selene Patlan | @selenepatlan
La Medalla Bellas Artes es un reconocimiento entregado por la trayectoria entorno a las artes y que han recibido personas como Elena Poniatowska, Reynaldo Pérez Rayón o Roger von Guten, entre otros. El pasado sábado fue entregada a Fernando González Gortázar en el Museo de arte Moderno por sus aportaciones escultóricas y arquitectónicas. En la mesa, elegida por el arquitecto, fueron invitados Cristina Pacheco, Adriana Malvido y Juan Palomar, cada uno describió su admiración y respeto por el arquitecto.
Adriana Malvido comparo el trabajo de Gortázar con una de sus grandes pasiones, la jardinería, mencionó que siempre ha sido un jardinero que va sembrando en las personas que lo rodean y con su trabajo arquitectura, escultura, ideas, música, afecto, libros, textos, viajes y sueños que han tomado forma de un gran jardín.
Una de las grandes influencias para Fernando González Gortázar fue Luis Barragán, sus obras lo conmovieron y Juan Palomar habló de esta influencias además de otras como Díaz Morales, Mathias Goeritz y Chucho Reyes que formaron y fueron parte importante de la trayectoria de Gortázar, muy latentes durante sus estudios en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara.
Arquitecto, escultor, escritor, viajero, gran conversador, amante de la poesía, música y la naturaleza, Cristina Pacheco dijo que le daría una medalla por cada una de estas virtudes. Aunque mencionó el movimiento de los 43 desaparecidos en Ayotzinapan que atraviesa el país, dijo: “La Medalla Bellas Artes que se le otorga a nuestro amigo Fernando González Gortázar es un acto de justicia y por lo tanto esta medalla se convierte en una especie de sol que ilumina estos tiempos sombríos”.
Cristina Pacheco y Fernando González Gortázar concluyeron con un breve debate sobre la arquitectura en México y el papel que juegan los arquitectos. Gortázar concluyó diciendo que la arquitectura debe de dejar de ser elitista y para unos cuantos, y se debe enfocar que es un patrimonio para todos, como si fuera una segunda piel.
La medalla fue entregada por la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda y como buen tapatío cerró con mariachis y tequila.