Arquitectura como arma
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17 mayo, 2012
por Léopold Lambert | Twitter: TheFunambulist_
La doble exposición Archizines + Arch-Art Books! puede verse en este momento en la Storefront for Art and Architecture de Nueva York, una muestra itinerante que posteriormente visitará diez ciudades europeas y americanas. La exhibición, –curada por Elias Redstone y Adam O’Reilly, respectivamente– que incluye ochenta revistas especializadas de arquitectura, es una buena oportunidad para cuestionar este medio de comunicación de ideas. En cincuenta años, Archigram y sus diez publicaciones zine –revista de publicación pequeña, no comercial, con poca difusión– participaron en una revolución de la arquitectura; de la austeridad modernista condescendiente a un movimiento imaginativo y audaz para una ciudad liberada de su burguesía.
Actualmente, el aspecto democrático de estas revistas yace más en su producción facilitada que en sus contenidos radicales. De hecho, este medio de publicación ha evolucionado con la creación relativamente reciente de varios servicios de autopublicación, así como con el potencial de comunicación sobre los asuntos impresos a través de Internet. El precio refleja este tipo de medio de producción y el contraste con aquellas revistas de arquitectura de mayor trayectoria y tiraje. Sin embargo, el objetivo de un acceso al conocimiento más democrático aún está por conseguirse.
Se pueden considerar dos ejemplos recientes de publicaciones –no arquitectónicas– que tenían como objetivo este propósito de describir un ideal para las revistas incluidas en Archizines. La primera es el pequeño panfleto llamado Indignez Vous o Indígnense (Time for Outrage), escrito en 2010 por el ex miembro de la resistencia de 95 años, Stéphane Hessel. Este manual de 27 páginas invita al lector a criticar activamente su ambiente político, y a asumir una insurrección pacífica. El pequeño libro se vendía por tres euros, menos de cuatro dólares. En menos de un año, fue traducido a treinta y cuatro idiomas y fue comprado por cuatro millones de personas; además, fue la inspiración del movimiento social español, “los indignados”. A través del formato de panfleto de bolsillo, Indignez Vous logró diseminarse y llegó a adoptar un rol políticamente activo.
Por otro lado, un volumen similar, L’insurrection qui vient (The Coming Insurrection) no logró llegar a la misma cantidad de lectores por haberse inscrito en medios de publicación más tradicionales. El segundo ejemplo, más cercano a las Archizines, por sus variaciones a través de varios números, lo ofrece Tidal, revista de Occupy Theory (Teoría de Ocupación). Los dos primeros números, que incluían ensayos cortos escritos por intelectuales ‘ocupadores’ como Judith Butler, fueron distribuidos de manera gratuita en toda Nueva York. Su distribución gratuita fue un intento de invitar a una plétora de lectores a alcanzar un cierto nivel de crítica en cuanto a la situación económica y política. Tidal también propone un discurso articulado sobre la manera en que el movimiento ‘ocupar’ y sus equivalentes, se desenvuelven como estrategias resistivas contra la situación actual. Para poder existir y para que pueda ser distribuida en forma gratuita en el subterráneo y en las plaza públicas, la revista depende de donaciones provenientes de proyectos como kickstarter.
Este artículo no intenta emitir un juicio sobre las diversas publicaciones que tienen un costo que las hace menos accesibles para una gran parte de la población. Sin embargo, parece importante incorporar medios de producción que están un tanto más acorde con el significado de una zine; es decir, que son más consecuentes con la idea de una publicación subjetiva y de bajo costo al alcance de una vasta audiencia. En este sentido, destaca la reciente iniciativa de Ethel Baraona, como un evento paralelo a la exposición de Archizines: el taller Make Your Own Architecture Fanzine (Haz tu propia fanzine de arquitectura). Este evento se llevó a cabo el 21 de abril, y permitió que cuatro equipos de dos personas desafiaran la idea de la zine a través de la creación de una nueva publicación. Que esta exposición –hasta el 9 de junio– y todos aquellos otros ejemplos, inspiren a mucha gente a abordar este tipo de reflexiones y producciones.
Fotos: Cortesía Storefront for Art and Architecture
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