Historias de inclusión y exclusión: ningún espacio es autónomo. Conversación con Diane Davis
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¡Felices fiestas!
12 octubre, 2017
por Francisco Brown | Twitter: pancho_brown | Instagram: pancho_brown
Conocí a Ana Peñalba hace un años en el Ear Bar, que solía ser el happy hour spot de los arquitectos en el West Soho y Tribeca. Ana era la Directora de investigación en el estudio de Michael Sorkin. Andaba con una curiosidad ardiente por volver al arte y al trabajo en colectivo que cultivó en Madrid antes de mudarse a Nueva York. Casi 3 años después, y emancipada de la practica arquitectónica estándar, Ana está por clausurar una exposición colectiva en el Drawing Center llamada Design Recycling Archive. La exposición es la ultima de una residencia de dos años con el prestigioso museo del dibujo en Soho. Conjuntamente, expuso una de sus obras en el Museo del Bronx y, bajo la curaduría de Billy Dufala, del colectivo Recycle Artists in Recidency , replicó edificios icónicos de Filadelfia con material desecho.
La obra que expones en el Drawing Center son 57 piezas de collage, basada en dibujos de concursos fallidos que realizó con el Colectivo León 11 y otras mentes brillantes de la arquitectura Española. Ana plantea la idea del reciclaje de material intelectual para la producción de obras sin ningún tipo de pretensión programática, arquitectónica o de diseño. La portada tiene una matriz de catalogación, donde taxonomiza cada pieza reciclada y su “materia prima de origen”: la información del proyecto y del concurso. La pieza está montada en un portapapeles y es una combinación entre el portafolio de un artista y el libro de notas de un inventor. Con estas 57 provocaciones, Ana sintetiza una década enfrentándose a ambas disciplinas, la del arte y la de la arquitectura, y cómo dialoga y negocia con dos procesos creativos tan distintos.
Francisco Brown: ¿A qué te refieres con un archivo de diseños reciclados?
Ana Peñalba: Éste es el trabajo de 10 años y es el reciclado de varias competencias de arquitectura fallidas; las he modificado y experimentado con los gráficos para hacer nuevas piezas: 57 en total, todos haciendo uso de la “basura intelectual” que ya es bastante bien conocida por los arquitectos.
FB: ¿Y el resultado es esta especie de catálogo?
AP: Sí. De la misma manera que reciclamos plásticos y papel, podemos empezar a reciclar este desecho intelectual. Es el inicio de la creación de una biblioteca de producción arquitectónica y empezamos con este libro. Sin embargo, este libro tiene otra narrativa, un proceso máas disruptivo, porque se van mezclando las cosas y las circunstancias. Por eso es importante la portada.
FB: Cuéntanos de esa primera pagina.
AP: Empecé a hacer una clasificación bastante básica: desde dónde viene el concurso, su contexto, el desarrollo y la colaboración. Es importante anotar que la mayoría de estos dibujos han sido hechos con ayuda de León 11, en Madrid. Por eso cada dibujo tiene un numero de referencia, uno que te muestra su pasado y te dirige en la misma página a su futuro. Ésas son las propiedades exportables que me interesan.
FB: Haces tus obras de arte con tu trabajo de arquitectura. ¿Son procesos creativos distintos, los conectas o los conviertes?
AP: La forma de trabajar entre ambas es diferente, pero a mí me resulta genial, porque cuando termino un proyecto de arquitectura, me quedo con las dudas y siento que no s´r terminar las cosas. Sin embargo, esta forma de trabajar me quita esa presión, esa inseguridad del trabajo inacabado. Acá es diferente, no se tiene que acabar porque tiene limites distintos: voy conectando un dibujo que hice hace cinco años con cosas que me interesan ahora, pero, en realidad, lo que más me fascina es que yo quiero construir todo esto. No sólo son dibujos.
FB: Son planos también.
AP: Claro. Si ves los dibujos hay un razonamiento constructivo, está hecho para ser construido. Cuando los hago tienen una narrativa detrás, no tengo la mente en blanco y me llega inspiración divina. Es un proceso libre pero deliberado.
FB: ¿Estás narrando algo?
AP: Sí.
FB: ¿Y estás armando algo?
AP: Sí, sí…
FB: ¿Estás diseñándolo?
AP: No, ahí no. No disfruto diseñar tanto como crear. Por eso nunca, o casi nunca, borro una línea. Una línea crea algo, y esto se conecta con otra línea, no hay nada que esté errado. Es una sucesión de acontecimientos. Para mí no hay diseño porque no hay una predeterminación del final.
FB: Cuéntame un poco de este cambio de escalas, como en el proyecto que acabas de hacer en Filadelfia con el colectivo de Recycle Artists in Recidency.
AP: Ésa es la escala en la que me siento cómoda. De hecho, estaba harta de dibujar, por eso estoy tan contenta de cerrar este capítulo de los dibujos con esta exhibición el Drawing Center y empezar a construir. La escala del dibujo ya no me crea la satisfacción que necesito ahora.
FB: ¿Por qué no? ¿Por qué quieres tocar, oír?
AP: Claro, lo quiero tocar. Antes no sentía eso. Es que los quiero experimentar ahora. Y es que, a lo mejor, cuando lo pase de los planos a la escala real, una rueda de bicicleta, por ejemplo, se convierte en otra cosa. Muchas veces el que veas una rueda de bicicleta en los dibujos, tal vez, lo que quiere transmitir es movimiento de rotación.
FB: ¿Crees que ésa es la diferencia mas importante entre la disciplina sobre-regulada del diseño y la creación de piezas de arte? El tener ese tipo de libertades.
AP: Diseñar no es algo que me satisface, no sé anticiparme a una visión estética de algo, o no disfruto esa anticipación. Si ya sabes como se va a ver, ¿para que hacerlo? Yo disfruto el ingeniármelas para hacer algo que ocurre y que va creando narrativas a medida que lo voy haciendo.
FB: ¿Una experimentación con objetivos definidos?
AP: Sí, claro, siempre. Para lo de Filadelfia teníamos que reproducir estas obras famosas, incluyendo la casa de Venturi, que me fascina. Teníamos definido más o menos qué queríamos, pero el resultado son gestos; eso me encanta.
FB: Cuéntame un poco de tu incursión en la academia. ¿Qué tal te va dando clases?
AP: Lo mejor que he hecho, me ha cambiado muchísimo la forma de ver muchas cosas.
FB: ¿De qué manera?
AP: A veces hay que hacer cosas que no necesitarías pero que te darán la confianza que necesitas, objetiva o subjetivamente. Una de las cosas más duras en Nueva York es construirte tu identidad. Al principio, cuando empecé a ir a los reviews en las Universidades, me preguntaba quién era, qué hacía acá, cómo me presentaba, si como artista o como arquitecta.
FB: ¿Y cómo te presentas?
AP: ¡Cómo ambas! Es importante crear tu propia voz.
FB: Estás más preocupada por lo que tienes que decirle a la gente que por lo que la gente tenga que decir de ti.
AP: Qué genial esa frase. Casualmente creo que todo cambió drásticamente cuando me hice una pregunta similar. Cambie el chip de pensar cómo consigo esta residencia o dar clases ahí y pasé a pensar qué tengo que ir a decirles. Y fue allí, cuando me centre en eso, en mi propia voz. Esa sinceridad con uno mismo es lo que te permite sobrevivir en cualquier lugar.
FB: Sobre todo en Nueva York, que es tan estimulante y neurótica a la vez
AP: Eso es un poco lo que nos fascina a los dos de esta ciudad: podernos sentarnos con gente talentosa; que tenga algo que decir o que haga cosas buenas o malas no importa. Hice una clase el año pasado en el NJIT sobre el diseño de experiencias. Para mí es importante sentir y experimentar.
FB: ¿Por eso quieres que la gente experiencia tu obra construida y no solo la “dibujada”?
AP: Exacto. Hay que hacer las cosas pensando en cómo se sienten y no solo en cómo se ven. Me interesa muchísimo más lo experiencial que lo visual.
FB: ¿Por eso hasta en tu pagina web usas los GIF’s para mostrar tu obra? Las cosas deben moverse y experimentarse, aunque sea en una pantalla.
AP: Un GIF, para mí, es la mejor forma para mostrar como una obra se comporta en un medio bidimensional; muestro como la obra respira y eso me interesa. Esa pagina me la ha criticado hasta mi madre, que dijo que es una locura insoportable. Pero a mí me interesa que la gente vea cómo es que respira mi cerebro, cómo conecto narrativas y cómo nada para de moverse. Todo siempre en constante mutación. Si me pides que replique uno de los dibujos que he hecho jamás podría hacerlo. Seria otra pieza complemente distinta.
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