Nueva arquitectura brasileña
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17 julio, 2013
por Alejandra Gámez | Twitter: ale_gameza
“Two roads diverged in a wood, and I—I took the one less traveled by, and that has made all the difference.” Robert Frost
En la década de los cincuenta, un grupo de escritores estadounidenses se caracterizaron por ser los primeros en escribir abierta y visceralmente sobre emociones y al despreciar el conformismo de un país que había “ganado” la Segunda Guerra Mundial propiciaron el nacimiento de una contracultura : La Generación Beat. La principal influencia en la obra de Félix Curto (Salamanca, 1967), proviene de dicha generación. Su trabajo, es más atemporal que anacrónico, y la música en sus piezas funciona como barómetro emocional que se expresa en frases con referencias al jazz sobre lienzos, letreros de neón y objetos que el artista encuentra en el camino.
Félix Curto ha viajado por México desde 1977, evitando las grandes ciudades en busca de lugares que recuerdan a una época residual de Estados Unidos, con caminos de tierra donde los automóviles se convierten en personajes antiguos. El viaje —como experiencia y como construcción de la memoria— es tan importante como la música, la poesía o el contacto humano para el desarrollo creativo de su obra. Colaborando directamente con carpinteros y maquinistas, Curto establece relaciones más allá de la fabricación de las piezas. Así, sus exposiciones funciona como homenaje a una forma de vida que escapa de las grandes corrientes culturales.
La Galería OMR —ubicada en la Plaza Río de Janeiro en la colonia Roma— expone de julio a septiembre la obra de este artista titulada “Western Stories”. Referencia no sólo al viejo oeste sino también a la idea mítica de occidente —que no ha resultado tan certera. Con fotografías y objetos encontrados en el camino, Félix Curto revive los aspectos poéticos y nostálgicos del pasado reciente. Su obra gira en torno a la idea de viaje físico, geográfico, imaginario e interior, siendo recurrentes temas como moteles, automóviles viejos, carreteras y paisajes. Sus fotografías constituyen fragmentos de experiencias con una fuerte influencia de road-movies, incorporando carteles, discos, letreros u objetos adquiridos a precios muy bajos: desde un jabón gastado hasta un refrigerador de los años cincuenta sobre los cuales escribe y plasma grafismos personales.
En palabras de Curto “Western Stories, se constituye de historias, de cruces de fronteras y continentes; habla del viaje. Habla del oeste particular de cada uno; de ese lugar salvaje que todos tenemos”.
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