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21 mayo, 2018
por Pedro Hernández Martínez | Twitter: laperiferia | Instagram: laperiferia
WE ARE AN EVENT es un personaje creado por un estudio con sede en Ciudad de México y formado por los arquitectos franceses Lambert Moiroux y Quentin Laurens-Berge. Desde su práctica, buscan cuestionar los modos de hacer dentro de la disciplina arquitectónica, “oscilando entre el porno-chic y la lucha de clases, la estética de la representación”. Lo que buscan en su práctica es, en sus propias palabras, “pensar la arquitectura como un proceso creativo que atraviesa todas las disciplinas formales“.
Recientemente, recibieron una Mención honorífica en el concurso para el Pabellón Kiosko de Alumnos 47, donde propusieron una estructura inflable inspirada en un insecto. De aquel concurso surgió, posteriormente, una colaboración con la Fundación, que les invitó a exponer parte de su particular mirada de la Ciudad de México en una muestra que se inaugurará próximamente y en la que se parte de una pregunta: “¿Qué futuro para la urbanidad de México?” Desde ahí, WE ARE AN EVENT registra elementos cotidianos de la ciudad –el afilador de cuchillos en bicicleta, la chimenea del vendedor de camotes, el vendedor de pedestales, las múltiples variaciones de tanques elevados, los gritos de los vendedores de gas y merengues, los micro jardines públicos protegidos por alambre de púas, etc”: Todas las micro-arquitecturas precarias, sean nómadas o sedentarias, que están inteligentemente pensadas y que conforman la urbanidad de México. Todo ello explorado siempre desde el dibujo, la ficción y desde el humor, auténticas herramientas del estudio.
Pedro Hernández: Recurren a la ficción como elemento fundamental de vuestro trabajo. ¿Por qué?, ¿cómo empezó este interés por el uso de la misma y qué ofrece para vuestra práctica arquitectónica? Dicho de otra manera, ¿es sólo una posibilidad de establecer una crítica hacia la ciudad y/o la arquitectura o es algo más?
WAAE: Para bien o para mal, la arquitectura está condenada a transformar la realidad porque el mundo se transforma automáticamente cuando se realiza un edificio. La arquitectura produce un mundo significativo. Sin embargo, no se limita a la producción de edificios y se aplica a muchas disciplinas como la fisonomía, el vestuario, la música o la pintura. Por lo tanto, la arquitectura debe entenderse como un orden difuso, que se ejecuta a través de la producción de artefactos que transforman la realidad.
La ficción permite cuestionar la práctica arquitectónica actual abriendo paso a una interpretación crítica y formal de la ciudad. Evidencia una sensación de necesidad de renovación que refleja una crisis de una imaginación colectiva que durante siglos ha visto la creación arquitectónica como una de las demostraciones más fuertes de los poderes del hombre sobre la naturaleza o a través de lo político, lo religioso o lo económico.
Las ficciones arquitectónicas que realizamos intentan agudizar la conciencia de los mexicanos y del público en general. Buscan hacer revivir el deseo de hacer ciudad. Buscan introducir vértigo y trastornos insospechados, pero, también, buscan inventar nuevas formas de vida. Para nosotros, es importante replantear la vida cotidiana de los habitantes de México y considerar la arquitectura como un soporte para la vida y la imaginación.
PH: Dentro de esta misma idea de la ficción, usan un personaje —WE ARE AN EVENT— que se acerca a la realidad para analizarla. ¿qué supone la creación de este personaje para vuestra práctica?
WAAE: WAAE es un personaje de ficción nacido de nuestra colaboración. Es una verdadera identidad moral y visual. Esta entidad fue creada para preocuparse de los retos específicos de las ciudades en las cual se está quedando. Este personaje es una esfera de intercambio y una herramienta de distancia con el trabajo producido que nos permite guardar una cierta forma de anónimo. Con el fin de elaborar una escritura común, las ideas de concepción y, más generalmente, todos los tipos de documentos pasan constantemente de mano a mano para ser alimentados por las singularidades de las cuatro manos y las dos cabezas que las producen.
PH: Gran parte de lo que hacéis está mediado por el dibujo a mano alzada. ¿Cómo surge el interés por él? ¿Cómo se trabaja? ¿Qué permite frente a otros formatos?
WAAE: El dibujo a mano alzada es una herramienta de investigación formal y teórica. Es la proyección libre de nuestra mirada que refleja nuestro imaginario que fluya sistemáticamente. Interviene antes que cualquier otra herramienta de dibujo y diseño en general. Lo practicamos diariamente desde mucho tiempo.
PH: También atienden mucho a la idea del recorrido: gran parte de vuestro trabajo tiene que ver con visitar zonas. Ahí, yo creo, la mirada es un asunto fundamental. ¿Cómo se suele producir para vosotros este acercamiento a un lugar? ¿tenéis una metodología a la hora de conocer un lugar? ¿Y cómo se combinan dibujo y recorrido?
WAAE: Es una muy buena pregunta porque toca a las raíces de nuestra método de trabajo, es decir, de dónde sale nuestra imaginación, cómo se alimenta y dónde. Para nosotros, caminar es una forma de sondear la ciudad a través de lo sensitivo. Actuar y buscar señales de nuevas libertades para tomar posesión del territorio urbano en el que nos establecemos.
Es considerar el andar como metodología de investigación y de didáctica. Una experimentación directa del arte del descubrimiento y de la transformación poética y política de los lugares. El urbanismo nace andando, de modo laberíntico y participativo. Es un método deambulatorio que permite leer y transformar las ciudades.Tomar la decisión de salir a caminar es escaparse de su cotidiano. Ir a encontrarse con situaciones urbanas. Las exploraciones componen una fuente de materia primaria para generar un imaginativo de cada ciudad en las que trabajamos. El dibujo se hace caminando sobre un plano urbano. Se trata de ubicar las cosas que nos estimulan, dibujarlas, escribir también sobre ellas.
Durante este proceso, la lectura de lo real y del imaginario colectivo se encuentran en un espacio de reciprocidad, de legitimación, en contaminación del espacio real a través de unas formas inéditas, solidarias y compartidas.
PH: En el caso específico de vuestro acercamiento a la Ciudad de México, una de las cosas más interesantes es cómo establecen esa mirada sobre objetos comunes, cotidianos, de la ciudad, objetos generalmente desatendidos por el diseño disciplinar pero que suponen una buena dosis de ingenio. ¿Qué os interesa? ¿Cómo trabajan con ellos y cómo se usan para dar lugar a un trabajo propio?
WAAE: Consideramos la ciudad como el lugar de las confrontaciones estéticas. Este potencial se encuentra en particular en el paisaje diario pero olvidado de la ciudad de México. Mediante la identificación de los elementos que animan el carácter urbano de México, buscamos objetos arquitectónicos que cuestionan los rasgos de carácter que fabrica la urbanidad de México. Deben despertar en el individuo una percepción más expresiva y emocional de estos elementos urbanos, y por lo tanto, una lectura más crítica de la ciudad.
PH: Están trabajando en una exposición en Alumnos 47. ¿Qué se podrá ver ahí?
WAAE: Esta exposición es la síntesis de nuestra estancia en México hasta ahora, se trata de abrir el diálogo sobre lo que hace el carácter urbano de la Ciudad de México y abrir paso a la visión de una urbanidad futura. Esta manifestación refleja nuestra manera de trabajar. Se trata de un proceso que conduce a mutaciones formales y funcionales de elementos urbanos. Buscamos construir una urbanidad futura basada en la invención de un alfabeto arquitectónico que haga un lenguaje de ciudad único. La idea es revelar el proceso de esta practica con diversos medios plásticos : collages, esculturas arquitectónicas entre otros.
PH: Y más allá de los formatos vinculados al arte, que se mantienen en un terreno más especulativo. ¿Cómo creen que se pueden llevar esas inquietudes —formales, narrativas, tectónicas— a una dimensión diferente, más cercana a la arquitectura en su sentido “tradicional” de edificios y construcciones? Dicho de otra manera ¿creen que pueda dar lugar a proyectos de arquitectura más concretos y de una escala mayor?
WAAE: Las restricciones relacionadas con el acceso al pedido arquitectónico nos empujan a replantear las formas de ver y de ser vistos en relación con la fabricación de un proyecto arquitectónico. Para nosotros, actuar como arquitectos no consiste en la producción de objetos arquitectónicos congelados en el tiempo, se trata más de mirar el paisaje urbano de la ciudad en la que vivimos para cuestionar cómo hacerlo mejor, más habitable, más armonioso. Así exploramos una representación gráfica insólita, también se trata de una practica arquitectónica que usa el editorial, el performance o la pintura para vincular nuestras ideas.
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