15 marzo, 2020
por Arquine
El entorno está compuesto por las huellas de su propia historia
Vittorio Gregotti
Vittorio Gregotti nació en Novara, Italia, el 10 de agosto de 1927 y murió este 15 de marzo, en Milán, una más de las víctimas de la pandemia de coronavirus.
Gregotti estudió en el Politécnico de Milán, de donde se recibió como arquitecto en 1952. Antes de recibirse había trabajado por un corto tiempo, en 1947, en el taller de Auguste Perret. En 1951 participó en el Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM VIII) en Hoddesdon, Inglaterra, que tuvo por tema El corazón de la ciudad. También trabajó en BBPR, la oficina que junto con Lodovico Barbiano di Belgiojoso y Enrico Peressutti dirigía Ernesto Nathan Rogers, quien también era director de la revista Casabella. Gregotti dirigió esa misma revista entre 1982 y 1996. En 1969 Gregotti ganó el concurso para desarrollar en Palrmo, Sicilia, un barrio residencial —ZEN, Zona de extensión norte— habitado hoy por dieciséis mil habitantes, y que debido al deterioro en que se encuentra ha llevado a algunos a sugerir su demolición. Gregotti por su parte, en una entrevista en el 2014, reconocía haber “subestimado” la ciudad, y a la mafia.
En 1966, publicó su primer libro, El territorio de la arquitectura, en el que no sólo piensa a la arquitectura en relación al entorno, al contexto, sino también a los materiales de que dispone y la historia, desde la que se diseña. Para Gregotti, “los elementos de la transformación temporal del paisaje van desde las variaciones climáticas y estacionales a la infraestructura de colonización y del cultivo de la tierra a la venganza de los elementos naturales (el desierto que devora un pueblo o las inundaciones de grandes áreas).” Gregotti pensaba que “la esencia de la arquitectura coincide con la noción de ambiente físico para el ser del hombre en la tierra” y que “su finalidad consistirá en la conexión de los materiales existentes según relaciones comunicativas capaces de dotar de sentido a la forma del ambiente físico.” En cuanto a su relación con la historia, Gregotti planteó que “la posibilidad real de sacar lecciones de la historia reposa en comprender la esencia en la que operamos y, mediante ella, principalmente de lo que consideramos sean las direcciones de una transformación posible para el diseño arquitectónico; consiste, pues, en la capacidad de criticar nuestras intenciones, de participar adhiriéndonos a una condición histórica particular, que es el presente.”
En una conferencia en el 2018, Gregotti dijo que había participado en más de 1200 proyectos a lo largo de más de 60 años de trabajo. También aprovechó para criticar a la arquitectura actual: “La originalidad hoy —dijo— parece tener que medirse, no importa si por breve tiempo, en la capacidad de las imágenes para acceder como «novedad» a los medios de comunicación inmeteriales del globalismo mercantil.”