Inflexiones: convertirse en lo que aún está por ser
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28 julio, 2014
por Andrea Griborio | Twitter: andrea_griborio | Instagram: andremonida
Por tercer año consecutivo la Asociación Internacional de Arquitectos en Nueva York organizó el evento Viral Voices un espacio destinado a explorar la cultura, las ciudades y las voces que redefinen nuestra propia identidad a través del intercambio global dado por medio de múltiples temas y las tendencias actuales.
Esta exploración se enfoca especialmente en el impacto que las redes sociales, la tecnología digital y la cultura del dispositivo han generado en los procesos de diseño y las prácticas espaciales. Con el fin de configurar un escenario óptimo, como detonadores de la discusión se presentaron dos ponencias antagónicas en esencia, la primera de Greg Lyndsay colaborador de Fast Company y co-autor de Aerotropolis y la segunda a cargo de los chilenos David Basulto y David Assael fundadores de Archdaily, el fenómeno de difusión de la arquitectura de mayor impacto a nivel mundial. Acompañados posteriormente por un panel de expertos conformado por Robyn Peterson de Mashable, Jaime Derringer form Design Milk, Diana Jou del Wall Street Journal, Rafi Segal del MIT y bloguero, Mark Collins de The Morpholio Project y Kyle May de Clog.
El lugar común de esta reflexión habla de la transformación de la metrópolis del siglo XXI debido a los modos actuales de relación, donde lo determinante es la velocidad y/o facilidad con que se accede a la información. Surgen entonces las interrogantes ¿Se debe reducir la velocidad de la información? ¿Debe necesariamente toda información ser crítica? ¿Puede la crítica asumir nuevas formas de exposición? El primer aspecto a destacar ante estas preguntas se refiere al peligro que se corre al no poder diferenciar lo que es información de lo que es conocimiento. Aunque sea inevitable reducir la velocidad de la información, el entender la información como herramienta dentro de un sistema que pretende construir conocimientos es clave.
Es evidente que estamos tan inundados de información que se convierte en una tarea casi imposible el leerla toda y en pocos minutos se tiene acceso rápido a información diferente sobre un mismo tema. Si bien se ha dicho que ‘el medio es el mensaje’, quizás en la actualidad el procedimiento también lo sea, la información aparece ligada a un sistema donde publicar, compartir y ‘decir que te gusta’ se convierte en la manera de construir opiniones y relaciones, de cierta manera en el modo de construir una nueva crítica ligada al instante, similar a la comida rápida que como herramienta cubre una necesidad en tiempo récord y en cualquier parte del mundo. Las herramientas son globales y sin duda esto ha permitido homogeneizar los tópicos de la discusión arquitectónica, sin embargo sigue siendo desde lo local donde se entienden los fundamentos de los procedimientos y se establecen bases sólidas para la construcción y el entendimiento de las dinámicas del espacio. Comer no necesariamente significa disfrutar de buena comida. Evidentemente es más difícil generar un número determinado de post con razonamientos y posiciones sobre algún tópico en específico que hacer el mismo número de tuits al respecto.
Pero nuestra responsabilidad –como medio– deberá acercarse cada día más a cuidar el mensaje. Centrifugar información al publicar más de 15 post diarios de lo que sea y desde donde sea y para todos como quien distribuye la misma comida alrededor del mundo, carece de significado y funciona como un instrumento de masificación, sin criterio, sin posicionamiento, y alejado de la generación de conocimientos e ideas constructivas, el reto es contar historias críticas a partir de cada post, reforzarlo con cada comentario, cada video, cada like. ¿Será posible hacer crítica en 140 caracteres? ¿Será esto realmente una nueva crítica?
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