James Turrel: Pasajes de luz
En ese un mundo dominado por la visión se abre la exposición “James Turrell: Pasajes de luz” en el Museo [...]
26 julio, 2016
por Daniela Jay
La Revolución Industrial en la Europa del S. XIX trajo consigo un gran impulso tecnológico, además de cambios importantes de organización política y económica. Paralelamente, el traslado apresurado de la población hacia las ciudades generó un aumento en la demanda de servicios y vivienda. Y la arquitectura en su papel de impulsor social, atacó por distintos frentes el problema a través de grandes conjuntos habitacionales. Un siglo después, la Ciudad de México comenzó a crecer de manera desmesurada, generando asentamientos irregulares. Ante tales condiciones, en los años setenta surgieron instituciones como el IMSS y el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT) para ofrecer créditos a empleados asociados, intensificando la construcción de Unidades Habitacionales en la ciudad central y la periferia.
Actualmente, la mayoría de conjuntos continúan en pie, pero bajo circunstancias distintas a las de entonces. La ciudad central se ha consolidado, mientras que la zona metropolitana sigue creciendo continuamente. La transformación y modo de apropiación que han creado los habitantes dentro de las unidades son muy peculiares, presentando en un gran porcentaje deterioro del espacio público. Lo que antes era un área verde, ahora es un área gris o una ampliación de algún residente; las canchas ahora son estacionamientos, el área de juegos está descuidada y existen barreras físicas que transforman el espacio público en privado. La condición de habitabilidad dentro de las unidades habitacionales se ha reducido a la vida dentro de los edificios más que a la experiencia de los espacios comunes. Cuando el habitar va más allá de una limitación física, la vivienda realmente lo es cuando se integra con el espacio público, los servicios y la infraestructura.
Estado anterior | San Pablo Xalpa
Bajo estas circunstancias, INFONAVIT y el Laboratorio de Vivienda de la Facultad de Arquitectura de la UNAM realizaron un diagnóstico de Unidades Habitacionales en la Ciudad de México y Área Metropolitana. El resultado de estudio concluyó en la intervención del espacio público en diez de esas unidades. Despachos y arquitectos tuvieron a su cargo el desarrollo de un proyecto con el fin de mejorar el espacio común. Los proyectos han reactivado la condición del habitar, ofreciendo nuevos o mejorados espacios de encuentro, haciendo énfasis en espacios multifuncionales y de recreación donde tanto adultos como niños pueden ir a disfrutar actos de diversión o simplemente de descanso. Ahora el espacio público es una construcción hecha a través de la participación de los propios habitantes para liberar de barreras físicas y llenar los espacios vacíos de vida común.
SanPablo Xalpa | Estudio de Arquitectura | Rozana Montiel, Alin V. Wallach
Este tipo de impulsos hacen evidente la estrecha relación que tienen política y arquitectura, asumiendo que un correcto diálogo y gestión de ambos traerá consigo resultados deseables que respondan a las demandas de los habitantes. La situación actual de las grandes metrópolis apunta a rehacer la ciudad en vez de impulsar su crecimiento descontrolado. En palabras de Alberto Saldarriaga, “recuperar y fortalecer el espacio público es un deber asociado con la arquitectura porque el concepto de hacer lugares no implica solamente construir edificios o espacios. Va más allá. Es también el establecimiento y fortalecimiento de acuerdos colectivos en torno al espacio habitable”.
En ese un mundo dominado por la visión se abre la exposición “James Turrell: Pasajes de luz” en el Museo [...]
El Museo Nacional de Arquitectura del Palacio de Bellas Artes acoge la exposición 'Reconciliar Ciudad y Naturaleza', del Arquitecto Mario [...]