Inflexiones: convertirse en lo que aún está por ser
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¡Felices fiestas!
2 diciembre, 2013
por Andrea Griborio | Twitter: andrea_griborio | Instagram: andremonida
Un espacio, sin importar su dimensión, forma o condición, es una oportunidad para desarrollar ideas, un lugar donde construir historias que pueden ir desde lo más íntimo a lo más colectivo. Es a partir de esta premisa que desde hace poco más de dos años nació LIGA, ese pequeño gran espacio para la arquitectura que promueve el debate a través de la ocupación de dieciséis metros cuadrados de la planta baja de un edificio de Augusto H. Álvarez, ubicado en la Av. Insurgentes entre Chiapas y Manzanillo. Hasta hoy, la colección de LIGA reúne once diferentes despachos cuyo mayor reto había sido tener que ocupar este espacio a partir del entendimiento y representación de su propia manera de ver y hacer arquitectura, de los diversos modos de abordar la disciplina. Sin embargo, hoy se suma a la colección un invitado que permuta este concepto tradicional y se constituye como la idea de llevar a otro país el proyecto de LIGA, específicamente a Lisboa como parte del programa que compone la Trienal de Arquitectura. El reto de LIGA 12 es para MMX – despacho mexicano conformado por Emmanuel Ramírez, Diego Ricalde, Ignacio del Río y Jorge Arvizu. El objetivo era contar qué es LIGA a través de la ocupación de otro espacio, construir una muestra que dejara ver su significado e importancia en la promoción de la arquitectura en la ciudad. Hans Ulrich Obrist señala que las exposiciones permiten a los arquitectos poner a prueba la realidad. Esta creación de situaciones efímeras ofrece la posibilidad de establecer contacto entre museo y sociedad, y en cierta forma les confiere la capacidad de crear espacios como historias, de desarrollar nuevas y mejores ideas donde creación y producción van de la mano. Es así como, para MMX hablar de LIGA es hablar de su espacio, si en LIGA el espacio físico es el reto, ha de ser éste el paradigma que se convierta en módulo y referencia. Como si de un simple tema de escala se tratara se extrae el perímetro del LIGA más pequeño reinterpretado como una banda, y se desplaza a una nave de 561 m2 del MUDE de Lisboa para reproducirlo y trasladar el contenedor, entendiendo así la máxima capacidad del espacio a partir de la repetición del módulo. La serie de textiles rojos entrelazados entre las columnas que reconstruyen el perímetro trasladado, genera un relación de adentro y afuera que en cierta forma coincide con la que ese pequeño gran espacio reproduce. De esta manera, LIGA 12 contiene veintisiete veces completas en el galerón de Lisboa el módulo del LIGA mexicano, planteando un proceso de coexistencia donde escala, contenido y frecuencia son las premisas, y a su vez, invitan a imaginar la superficie que ocuparían esta cantidad de LIGAs reunidas, al hacer físico el espacio que cada una, y todas juntas ocupan poniendo en evidencia la complejidad de un proceso museográfico, donde el reto cuestionar las ideas a partir del contenido de la muestra, sin importar la dimensión del espacio que la alberga. En el MUDE es posible contar 27 LIGAs distintas o una sola, y “Coexistencias” de MMX compara el exceso de capacidad de dos espacios distantes y disímiles pero armónicos en objetivos.
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