Arquitectura desdoblada
Ante la supresión del marco, el espacio expositivo adquiere una relevancia que se refleja en el interés contemporáneo por las [...]
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¡Felices fiestas!
27 mayo, 2015
por Gabriel Villalobos | Twitter: gabswolf
Entre las metáforas que utilizamos los arquitectos para describir nuestro oficio, resulta particularmente sugerente la de leer el espacio. Esta metáfora propone que el espacio es como un texto, un conjunto ordenado de signos que puede ser interpretado de manera inequívoca. El espacio, bajo esta premisa, tiene una dimensión poética. La arquitectura juega un papel fundamental en esta posible lectura: es el con-texto de la producción de significado. Entender el espacio como un fenómeno legible despliega las posibilidades semánticas de la arquitectura.
Traslaciones topográficas de la Biblioteca Nacional es un proyecto de Jorge Méndez Blake, comisionado por el Museo Universitario Arte Contemporáneo e inaugurado el pasado 23 de mayo. La exposición presenta una colección de objetos, documentos y acciones que dan cuenta de un ejercicio colaborativo de lectura espacial. La proximidad entre el MUAC y la Biblioteca Nacional da pie a una serie de operaciones que vinculan a la arquitectura, la literatura y las artes visuales. Tal vinculación es característica del trabajo de Méndez Blake (Guadalajara, 1974), artista visual formado como arquitecto.
El vacío entre el MUAC y la Biblioteca Nacional está determinado por su emplazamiento, el paisaje y la topografía, pero también por la historicidad de sus lenguajes arquitectónicos. La biblioteca, inaugurada en 1979, es parte integral del proyecto del Centro Cultural Universitario, diseñado por Arcadio Artis y Orso Núñez con un brutalismo inconfundible. El MUAC, concluido en 2008, manifiesta con vidrio y concreto con polvo de mármol el lenguaje tardío de Teodoro González de León. La contundente inserción del museo en el conjunto generó una relación ambigua con la biblioteca, a quien da la espalda.
Méndez Blake opera en este resquicio, evidenciando las múltiples lecturas que se pueden hacer de un recorrido a través de un espacio. El trayecto entre la biblioteca y el museo se puede entender como un proceso topográfico, pero también como uno mnemónico o inter-institucional. Consecuentemente, la relación entre dos edificios se puede comprender y representar a través de diversos medios. En este sentido, el proyecto de Mendez Blake amplía el repertorio de herramientas analíticas con las que cuenta la arquitectura.
El primer medio de lectura espacial es la acción. El cuerpo se inserta en el espacio y su experiencia da pie a una interpretación. En El extranjero, un voluntario pasea por el museo leyendo un libro que ha tomado de la biblioteca. Para El gran poema inexacto del siglo XX (México), otra voluntaria acude a la biblioteca, memoriza líneas de algún poema, y regresa al museo a mecanografiarlas en papel. Para estas dos acciones se utiliza alguno de los 293 libros de poesía mexicana del siglo XX que forman parte del acervo de la biblioteca.
El artista mismo explora el espacio entre edificios a través de la acción, y ésta se ve plasmada en un video (Topógrafo [Marcación de una serie de puntos entre la Biblioteca Nacional de México y el Museo Universitario Arte Contemporáneo]). Méndez Blake atraviesa el paisaje pedregoso siguiendo una línea previamente establecida, y marcando el terreno con instrumentos topográficos. Tal trayectoria se traslada a otro medio más; el dibujo, en un muro de la galería, sobre el cual serán colocadas paulatinamente las hojas mecanografiadas de la acción mnemónica.
La escritura está presente en otras piezas, como El gran poema del siglo XX (México), un poema construido con los títulos de los 293 libros de poesía ya mencionados. El quinto medio, característicamente arquitectónico, es el modelo; una traslación a escala de las cualidades físicas de un fenómeno. La maqueta central de la exposición, Proyecto para biblioteca entre la Biblioteca Nacional de México y el Museo Universitario Arte Contemporáneo, reinterpreta el vacío entre estos edificios como un espacio interior, una posible biblioteca imaginaria. Otro modelo reproduce en tubos de aluminio la suma de longitud de las líneas en un poema. Guía de color de la poesía del siglo XX en México presenta los colores de todas las portadas de los mismos 293 libros.
Evidentemente, todas estas lecturas entre el MUAC y la Biblioteca Nacional sobrepasan la dimensión espacial. A través de este proyecto, la arquitectura deviene lenguaje. El museo y la biblioteca se evidencian como más que sólo volúmenes arquitectónicos, sino como recursos para la producción de experiencias, ficciones y lecturas. La exposición revela las complejas relaciones institucionales, narrativas y fenomenológicas entre estas dos sedes. La trama de los espacios del Centro Cultural, y de los acervos de poesía de nuestro país, constituye una topografía para ser explorada.
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Conversación con Rafael Lozano-Hemmer y Jorge Méndez Blake, artistas interdisciplinarios que muestran su obra en los muros y espacios de [...]