Nombre: Skatepark Parque la Mexicana
Tipo de obra: Landskate, arquitectura de paisaje para el skateboarding
Arquitectura: Anónima | Erik Carranza López + Sindy Martínez Lortia | ec@anonima.com.mx + sm@anonima.com.mx | www.anonima.mx
Colaboradores: Diana Amador Meza
Construcción: California Skateparks, para Grupo de Diseño Urbano, Mario Schjetnan
Área construida: 2,100 m2
Fotografía: Anónima y Grupo Danhos
Texto: Anónima
Lugar: Parque La Mexicana. Paseo de los Arquitectos, Santa Fe.
Fecha: Marzo-Octubre 2017
En el año 2000, imaginabamos un Centro de Deportes Extremos en la Ciudad Deportiva Magdalena Mixiuhca, en la puerta 7, sobre el Eje 4, Ote. Av. Río Churubusco, esquina con la Calle Vainilla, ahí donde se hacía la horquilla del Autódromo Hermanos Rodríguez. A espaldas de donde el entonces Papa, Juan Pablo II, realizó un encuentro con un millón de asistentes en el año de 1999, ahí donde eliminar tres chanchas de futbol no representaba un riesgo sino una apuesta para poder desarrollar el potencial de las personas que patinaban en ese momento, con mira a los X-Games México del año 2007. Ahí, a unos metros donde el Instituto del Deporte tenía pensado un patinodromo como parte del programa arquitectónico de la remodelación de la Ciudad Deportiva, ahí, a unos cuantos metros de la colonia Jardín Balbuena, donde empezó el “boom” del skateboarding de la Ciudad de México y donde crecimos.
El proyecto se quedó en lo académico, concluyó como parte del seminario de titulación de la carrera de arquitectura. Pero el Instituto del Deporte sí construyó el patinodromo, alguién tomó el nombre del Centro de Deportes Extremos y se lo llevo como Centro de Desarrollo de Deporte Extremo –patinetodromo y patinodromo– en la Ciudad Deportiva Francisco I. Madero –los bowls de Cabeza de Juárez– en el año 2003. Más adelante, se solicitó un Permiso Administrativo Temporal Revocable –PART– para hacer el skatepark de la fuente en la puerta 2, sobre la Calle de Fernando Iglesias Calderón, y, posteriormente, se construyó el skatepark del metro Puebla, conocido como metro Piedra por las dinámicas que se daban en torno a él, concretamente en la puerta 9, sobre la calle de Oriente 217.
Pasaron 14 años para que retomaramos el tema y empezaramos a documentar toda la escena del skateboarding en la ciudad, con mapeos, dibujos, levantamientos y registros fotográficos de los skateparks, los spots,los skateshops, así como con asistencia a concursos, eventos como el Go Skateboarding Day y entrevistas a los involucrados en la escena nacional. Todo para documentar esto en un libro: skatetography: skateboarding, espacio público y arquitectura.
En 2016, nos llaman para desarrollar el Skatepark de Constituyentes, el la Segunda sección del Bosque de Chapultepec, donde se detonó uno de los spots más importantes de la ciudad, conocido como los “10 escalones de Consti”, donde estaba la barca de cocodrilos de Leonora Carrington –que hoy se encuentra en Reforma 222– y frente a una de las primeras tiendas de skate en la ciudad, el número 329, donde uno, después de comprar su patineta, tenía que probarla y qué mejor lugar que esta plaza central, con escaleras por la topografía natural. Entregamos el proyecto ejecutivo y el constructor decidió no considerarla y hacer su propia propuesta. Para él, hacer rampas, escaleras y barandales es algo de todos los días.
Llega 2017 y la oportunidad, no como un PATR, sino como un SAC (Sistema de Actuación por Cooperación) en el Parque La Mexicana en Santa Fe y gracias a la invitación de Mario Schjetnan Grupo de Diseño Urbano. 17 años nos llevó construir una línea a partir de una práctica, una investigación, un cliente, un discurso y desde la experiencia.
El Skatepark del Parque La Mexicana es el primer skatepark con área de street y bowl en la Ciudad de México, certificado y avalado para competencias internacionales por la Street League Skateboarding, serie competitiva internacional de skateboarding profesional. Con este skatepark se busca establecer un antes y un después en el desarrollo de infraestructura deportiva para este tipo de prácticas espaciales y encaminar a los patinadores mexicanos hacia los juegos olímpicos de Tokio 2020, donde el skateboarding aparecerá, por primera vez, como disciplina olímpica.
Esta práctica espacial, la del skateboarding, tiene mucho en común con la arquitectura de paisaje: la superficie: el terreno, el sitio, el lugar; los materiales: el concreto, el acero, la madera, y lo público del espacio: la calle, la banqueta, la contención de lo privado. El skateboarding opera con lineamientos no visibles, tiene reglas ocultas, la arquitectura con normas y estándares que generan una base en la ciudad, pero que dependen siempre de la lectura con la que se acerque uno a ella. La visión de ciudad que tiene la arquitectura no difiere mucho de la visión del skateboarding, ambas tienen que gestionar, negociar y aprovechar el espacio.
En el skateboarding, un truco no es muy diferente a un croquis o a una volumetría en tercera dimensión, ambos son procesos creativos y representaciones gráficas en tiempo y espacio, ambos trabajan con datos básicos que se tienen que reinterpretar para generar algo. Una línea, por ejemplo. El skateboarding es un dibujo, es la figura que utiliza a la arquitectura como fondo y busca el accidente topográfico: la banqueta levantada por las raíces del árbol, el poste no izado por la compañía de luz, el árbol caído, la pendiente mal hecha de una rampa, la guarnición fuera de escala, la jardinera que estorba al paso peatonal, las escaleras que nadie usa, el basamento del monumento, la fuente abandonada, el concreto recién colado.
La arquitectura construye spots por casualidad, el skateboarding busca también la oportunidad y el momento para insertarse: colecciona el barandal, no como pasamanos; la banca, no como mobiliario urbano para sentarse; el basamento, no para elevar y jerarquizar a un monumento pero sí como transición; la escalera que no une el punto A con B, no como elemento de comunicación, sino más bien como una topografía. Colecciona el bache en la calle, la velocidad, las sombras, la incertidumbre de la arquitectura, lo no planeado, lo no proyectado, lo que no se alcanzó a ejecutar con el presupuesto.
La ciudad se construye en el tiempo y en el espacio, se construye con el público. El skatepark del Parque La Mexicana es el resumen de 17 años de trabajo y de pensar y reflexionar sobre el skateboarding, el paisaje y la ciudad.
¡Feliz Go Skateboarding Day 2018!