Gobierno situado: habitar
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30 marzo, 2015
por Alejandro Hernández Gálvez | Twitter: otrootroblog | Instagram: otrootroblog
La última noche de 1922 —el mismo año en que el Chicago Tribune convocó al concurso para su nuevo edificio— el vigilante advirtió humo saliendo del Cuarto Blanco. Apenas unas horas antes había estado en uso. Gritó la alarma pero nadie veía ningún incendio, sólo el humo. De pronto notaron fuego atravesando uno de los muros del ala oeste del edificio, construido en su mayor parte con madera. Antes de que terminara el año el edificio ardía por completo. Muchos suponen que el incendio fue provocado aunque también pudo tratarse de un accidente. A las primeras horas del primer día de enero de 1923 sólo quedaban los cimientos de concreto. Rudolf Steiner, quien había estado a cargo del diseño del edificio y que era el líder de la comunidad que lo construyó, dijo a quienes seguían con él que tenían mucho trabajo por delante.
Rudolf Steiner nació en 1861. Gary Lachman, uno de sus biógrafos, dice que la única fuente para sus primeros años de vida es la autobiografía que Steiner dejó inconclusa al morir y que, con más de cuatrocientas páginas, termina en 1907, cuando todavía no fundaba la Sociedad Antroposófica. En 1902 Steiner se convirtió en secretario general de la Sociedad Teosófica alemana. Sin particular inclinación por el tema, en su Diccionario de Filosofía José Ferrater Mora define a la teosofía moderna —fundada en Nueva York en 1875— como “una mezcolanza de doctrinas de procedencia hindú y de doctrinas de «misterio.»”
Steiner se distanció de aquél grupo y el 28 de diciembre de 1912 fundó la Sociedad Antroposófica, que contaba con unos tres mil miembros. Ferrater Mora dice que Steiner “convirtió la teosofía en una antroposofía, con profecías sobre la Naturaleza y la historia, y tesis para la reorganización jerárquica de la sociedad.”
Steiner se doctoró en filosofía en 1891 y trabajó en la edición de las obras de Goethe, en cuyos archivos trabajó. El edificio que ardió la noche de fin de año de 1922 se llamaba el Goetheanum y servía, además de para conferencias y estudios, para representaciones de la obra de Goethe. Se construyó en plena Guerra Mundial y Lachman dice que el edificio mismo se convirtió en “un gesto contra la locura misma: rusos, polacos, alemanes, austriacos, franceses —diecisiete nacionalidades en total— se reunieron en un esfuerzo para trascender sus intereses personales y nacionales. Cuando los cañones de agosto retumbaron —y Steiner podía escucharlos a lo lejos— voluntarios de bandos opuestos trabajaban lado a lado en la construcción.” Durante todo 1923, Steiner trabajó en el diseño del segundo Goetheanum. La obra inició en 1924. Construido totalmente en concreto aparente, es un ejemplo de arquitectura expresionista en los que la pintura, los vitrales y el mobiliario, buscaban conformar una obra de arte total.
Steiner murió el 30 de marzo de 1925 sin poder ver terminado el segundo Goetheanum, completado en 1928.
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