2 marzo, 2014
por Domenico Berardinelli
Los libros de artista de Ximena Pérez Grobet / Nowhereman Press
Biblioteca Sagrada Familia, Barcelona. 10 feb. / 9 marzo 2014
La exposición presenta una selección de los libros de artista realizados por Ximena Pérez Grobet a lo largo de la última década de su trayectoria. La intención es ofrecer al visitante un recorrido que se articula a través de cinco zonas, la mayor parte de las cuales constituyen espacios de tránsito dentro de la biblioteca. Se invita por lo tanto al usuario a reflexionar entorno al sentido plástico del libro como objeto, por un lado, y por otro a familiarizarse con la identidad expresiva de la escritura, entendida como medio de registro de una experiencia, sea esta personal o colectiva.
Se trata por ejemplo de examinar la caligrafía como huella emocional (Encuadres, Diario Personal, 2000), graficar el ritmo del corazón durante 24 horas (24 Hours, 2010), registrar el movimiento del aire (Air Made Visible, 2008), o incluso cuestionar las indicaciones tipográficas que nos brinda la señalización de la calle (Look London Look, 2007), hasta imaginar el escribir como una secuencia de cortes que al ojear el libro hacen que las páginas se entrecrucen (Memoria, 2013). Estos libros revelan una curiosidad de la artista por comprender cómo funciona el mecanismo de la escritura, puesto que la utiliza como una herramienta para detener el tiempo y narrarlo a través del territorio “restringido” de un libro.
Se puede reconocer en estos trabajos una mirada a cierta creación artística de los años ‘60 y ‘70, que pone al centro del arte la indagación entorno al lenguaje y a la palabra, de la misma manera que remiten a la producción conceptual contemporánea, en particular a la obstinación de On Kawara por registrar cualquier acción que realizaba.
Por otro lado, el trabajo de Ximena Pérez Grobet se aleja de la voluntad típica de ese movimiento de eliminar toda acepción formal, ya que explora, en cambio, las posibilidades plásticas que el formato libro puede adquirir en función de la combinación de diferentes soportes, materiales y técnicas, como si se tratara de poder leer el contenido a partir también de su forma (Reading Finnegans Wake, 2013, Para tomar medidas micropoéticas, 2011, Homenaje a Kandinsky, 2007, Crop, 2011, El Placer del Estereo, 2010, Face the Face, 2007, Lecturas del Espacio, 2007).
Esta vertiente más objetual de la obra de la artista halla sus raíces en su formación en el ámbito del diseño industrial y en la experiencia desarrollada en el campo editorial. Para evidenciar esta faceta están también disponibles para la consulta algunos de los proyectos que la artista ha realizado en colaboración con otros autores, con motivo de sus exposiciones; si bien se alejan de una definición de libro de artista propiamente dicha, destacan su voluntad de interpretar el contenido del libro para darle un sentido y una forma que lo subrayan y lo refuerzan. Volvemos de esta manera al punto de partida y a la intención de proporcionar una visión del libro suspendida entre dos ideas: libro como objeto y como medio de expresión. Medio que abre también un diálogo directo con el público, invitado al inicio de la exposición a participar del arte de manera activa y a formar parte de su proceso creativo.