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Columnas

Ramón Marcos: una escuela racionalista

Ramón Marcos: una escuela racionalista

4 noviembre, 2021
por Gustavo López Padilla

Ya para los años cincuenta del pasado siglo XX, el movimiento racionalista se había consolidado en México como la alternativa conceptual, proyectual y construible a partir de la cual plantear y resolver los proyectos con los cuales la sociedad y el Estado mexicano podían enfrentar de mejor manera las necesidades habitables de la creciente población en nuestras ciudades, en materias como vivienda, educación o salud.  Justamente por esos años se realizaron una buena cantidad de los proyectos emblemáticos que caracterizan la visión de la arquitectura mexicana, representada por un destacado grupo de arquitectos que impulsaron su incorporación a la modernidad. Proyectos que hoy en día representan, en buena medida, una parte importante de nuestro patrimonio construido moderno.

 

Entre el conjunto de proyectos de esos años en materia educativa, destaca ampliamente el realizado para la edificación de la Escuela Secundaria Constitución de 1857, del año 1954. La autoría proyectual de la escuela es de Ramón Marcos Noriega (1914-1989), uno de los representantes mas destacados del movimiento racionalista en México, que cuenta con un repertorio construido plenamente identificable. La escuela que ahora nos ocupa, se encuentra ubicada en la ciudad de México, en la Alcaldía Miguel Hidalgo, en la colonia Escandón, ocupando toda una manzana delimitada por la avenida Patriotismo, las calles de Mártires de la Conquista, Comercio y por el Viaducto Miguel Alemán.

 

El planteamiento de proyecto se ajusta cabalmente a los principios teóricos del movimiento racionalista, definiendo de inicio claramente los requerimientos de programa necesarios, constituidos en este caso por plaza de acceso, vestíbulo general cubierto, zona de aulas, zona administrativa, gimnasio cubierto, aula-auditorio de usos múltiples, servicios sanitarios y habiéndose incorporado un poco mas adelante en tiempo, una zona de talleres con los cuales se plantea complementar la educación de los adolescentes. Desde luego como parte fundamental del programa se cuenta con un amplio patio central donde se realizan actividades diversas al aire libre y también se dispone de algunas pequeñas zonas jardinadas periféricas, alguna de las cuales la han convertido en un pequeño huerto, implementado con fines educativos.

 

El orden proyectual se estructura sistemáticamente  a partir de un esquema compositivo en forma de herradura, manejando formas geométricas simples, regulares, austeras, eliminado componentes superfluos, regulando todo lo anterior por medio de una trama cartesiana, que responde en su sistema de medidas a los órdenes modulares con los cuales se producen los materiales industrializados, valorando fundamentalmente los componentes metálicos, con los cuales está resuelta la estructura, así como todo lo que tiene que ver  con las fachadas que delimitan los espacios interiores. Se percibe un planteamiento que se apoya en el ejercicio racional de la técnica, buscando eficiencia, comodidad, funcionalidad y economía. Hablamos de la estética de la técnica vuelta arquitectura.

 

En términos de la presencia urbana del conjunto de la escuela, esta se aprecia amable en cuanto a su escala y altura, que cuenta en su volumen mas alto con cuatro niveles, planta baja de acceso vestibular y tres más dedicados fundamentalmente a alojar las aulas. La escuela es formalmente atractiva, de igual manera cuando se aprecia recorriendo la zona a pié o cuando se le mira transitando por el lugar en automóvil. Contribuye a lo anterior, el manejo diestro de sus proporciones, el cuidado de sus soluciones de detalle que implican sus componentes estructurales, los paneles metálicos entablerados y las ventanas altas de sus fachadas, con sus despieces rigurosamente modulados. A lo anterior se suman: el juego geométrico y de claroscuros, entre el cuerpo dominante y sus dos volúmenes de escaleras principales. Hablamos de una arquitectura sencilla, bien resuelta y ejecutada, tendiendo a la abstracción geométrica y es justamente en este orden de cosas, en esta postura proyectual, que radica su atractivo.

 

Los interiores de la escuela responden a eficiencias muy claras, que comienzan desde la claridad de sus recorridos, que implican la ubicación y funcionalidad de las escaleras, muy atractivas formalmente, pasando por amplias y funcionales circulaciones, hasta llegar a los salones razonablemente resueltos. Aunque vale la pena decir en relación a estos últimos, que su orientación hacia el oriente, genera por un lado temperaturas agradables por las mañanas, pero también algunos deslumbramientos luminosos poco eficientes para el desarrollo cotidiano de las clases, lo que implica necesariamente el uso de cortinas, con sus consecuencias en lo que tiene que ver con su mantenimiento. Hubiera sido interesante que en esta fachada oriente, se contara con algunos parasoles, para regular de manera mas eficiente las incidencias del sol. En la misma zona de salones, hacia el poniente, la orientación mas comprometida en términos de ganancias de calor, lo anterior se regula a partir de la ubicación en esa zona, de las circulaciones principales, delimitadas naturalmente con dobles fachadas, que cuentan con ventanas altas.

 

Son particularmente atractivas las escaleras, en lo que se refiere a su espacialidad, luminosidad, funcionalidad y en relación con el cuidadoso estudio de sus detalles constructivos, que implican el propio desarrollo de sus rampas y escalones, así como las soluciones de sus barandales, todo resuelto fundamentalmente con componentes metálicos. En otro orden de cosas, colindando con la zona administrativa, es interesante y eficiente el gimnasio cubierto, que muestra de igual manera como todo el conjunto de la escuela, con un cierto espíritu tecnológico industrial. En sus mejores tiempos este gimnasio llegó a contar con duela de madera en sus pisos, vestidores y algunas instalaciones especializadas para la práctica de gimnasia olímpica.

 

La obra del arquitecto Ramón Marcos Noriega representa en su conjunto una de las expresiones más acabadas del movimiento racionalista en México. Obras que incluyen proyectos de viviendas, oficinas y edificios educativos. Dentro de estos últimos sin duda, esta Escuela Secundaria Constitución de 1857 es uno muy logrado, que pasó a formar parte fundamental del patrimonio moderno construido en nuestro país. Con esta valoración, vale la pena recomendar a las autoridades competentes poner mayor atención en lo que tiene que ver con su mantenimiento. Si bien a lo largo del tiempo la escuela ha sufrido algunas modificaciones, estas no constituyen cambios sustanciales al proyecto original. El hecho de que la propia estructura es parte sustancial de su expresión formal y espacial y que actualmente se encuentra en buen estado, los costos necesarios de mantenimiento seguramente no representan montos muy importantes. Pero bien vale la pena atender este mantenimiento y promover al mismo tiempo su presencia cultural, de tal manera que pueda ser eventualmente visitada la escuela, de manera ordenada, por el público en general y especialmente  por estudiantes de arquitectura de las distintas escuelas y facultades con las que cuenta el país, pudiendo convertirse en una importante referencia de aprendizaje, que puede ser reinterpretada, de acuerdo con las circunstancias imperantes en la actualidad y en relación también con las visiones frescas y renovadas de las mas recientes generaciones de estudiantes de arquitectura.

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