A través de esta experiencia fotográfica denominada spectrografía, Tomás Casademunt ha podido vislumbrar una crónica visual que resume en un solo estímulo visual toda la épica e ingenio que encierra una construcción, a través de múltiples exposiciones sobre una misma placa fotográfica de gran formato diseñada para mantener una misma posición por periodos de tiempo muy largos: meses, años. Una vez terminada la construcción, revela la placa fotográfica y atesora un testimonio de imposible ecuación tiempo/espacio que resulta de la acción reiterada. Amplía el negativo en su laboratorio con técnicas químico fotográficas sobre un papel sensible de plata sobre gelatina de gran formato que permite apreciar los infinitos detalles que registra la película argéntica. Cada edificio encierra una historia nueva, insospechada. En los pasados 14 años ha fotografiado con esta técnica de invención propia el desarrollo constructivo de los edificios diseñados por los más importantes arquitectos mexicanos.