El papel de lo orgánico en la historia de la arquitectura moderna se ha atribuido fundamentalmente a figuras como Frank Lloyd Wright y Bruno Zevi, que durante gran parte del siglo XX enfrentaron las radicales propuestas mecanicistas, funcionalistas y racionalistas, con una visión que buscaba la recuperación de la relación orgánica entre hombre y entorno. La amplia definición de lo orgánico permitió ampliar la facción de la arquitectura moderna abarcando generaciones posteriores, como Aalvar Alto y hasta Eero Saarinen o Jørn Utzon.
Revisar el trabajo de Javier Senosiain supone hacer un viaje por toda una sección de la historia de la arquitectura que recorre a esta última longitudinalmente, pero que en su obra adquiere una coherencia interna propia al margen de ritmos y tendencias. Este libro reúne sus proyectos más representativos, trazando una trayectoria que comenzó en la década de 1970 y que actualmente se consolida como uno de los exponentes más importantes de la arquitectura orgánica en México.
Su obra consiste en una exploración constante de las relaciones entre usuario, lugar y arquitectura, a través de espacios que remiten a formas de la naturaleza, cambios de escala, luz y color, haciendo de cada proyecto un objeto autónomo. En su arquitectura destaca una aproximación desprejuiciada al diseño y la valoración de la heterogeneidad frente a la coherencia global que impera en la arquitectura contemporánea.