Una secuencia de losas de concreto conforma la casa Zicatela.
Quizá sea la construcción más sencilla que existe y que lleva al extremo la Maison Dom-ino que proponía Le Corbusier.
Cuatro columnas y unas losas definen el palafito básico que se extendió en toda Latinoamérica, no tanto como réplica culta sino como un esqueleto y una proyección al futuro.
En este caso, Alberto Kalach incorpora una escalera lateral también de concreto y unos sobrios barandales de varilla y madera.
La construcción es la casa terminada, y en su esencia está toda la radicalidad.
Quedan unas generosas terrazas que se abren a las vistas sobre el océano y, remetidas, unas mamparas de madera definen los espacios —casi— interiores.
Los muebles, las hamacas y las plantas invaden temporalmente la casa.
Puedes encontrar este proyecto en nuestra Revista Arquine No.86 Formas Domésticas.