Obras

Yeso y museografía

Yeso y museografía

Nombre del proyecto

  • Selenite Dreams

Arquitectos

  • BUREAU

Página web

  • bureau.ac

Superficie

  • 24 m2

Ubicación

  • Brassus, Suiza

Fotografía

  • Dylan Perrenoud

Fecha

  • 2022

El yeso, compuesto esencialmente de sulfato de calcio deshidratado, aparece como una buena figuración de la actitud general del estudio BUREAU hacia la arquitectura. Posee la capacidad de desencadenar sueños mitológicos, ya que el sinónimo del yeso es la selenita, un mineral que ha llenado muchas historias maravillosas. La Cueva de los Cristales en Naica, Chihuahua, México, materializa las esferas oníricas de Selene, diosa de la luna.

El aparentemente banal material de construcción esconde muchas facetas de una rica vida, ya sea como discreto compañero fundamental de Rodin y tantos otros, como cristal o como paisaje mental más allá del mundo y en órbitas mitológicas. En otra forma, el material se utiliza para fracturas óseas, lesiones de tejidos blandos, enfermedades ortopédicas y procesos inflamatorios, para aportar paz y descanso a las partes heridas del cuerpo.

En 1939, Salvador Dalí participó en el Mundo del Mañana, una feria mundial que presentaba el futuro, con diseños prospectivos de SOM, Norman Bel Geddes y otros modernistas y visionarios de la época. Dalí provocó la previsión futurista de aquellos vanguardistas con un tono surrealista y lo hizo con una arquitectura de escayola que anticipaba así el arte de instalación, las obras Gesamtkunstwerk que poblarían en gran medida el mundo del arte del siglo XX. Su intervención, un pabellón onírico, recrea libremente el cuadro de Venus de Botticelli y lo transforma en una experiencia tridimensional y total. Constituyó una obra arquitectónica menor que llegó a Nueva York con el asesoramiento nada menos que de William Morris, padre de las utopías socialistas y los papeles pintados.

Una escala mucho menor y otras circunstancias históricas más bien triviales enfrentan el modesto revoque a un lujoso contexto diseñado por una reconocida práctica empresarial modernista de nuestro tiempo: Bjarke Ingels Group. En una exposición dedicada a la presencia misma de los materiales y su transformación, las piezas de arte de Nina Beier, Latifa Echakhch, Raphael Hefti, Olivier Laric y Christodoulos Panayiotou (entre otros), se encuentran en una condición de cueva que el espectador descubre sumergiéndose en una gruta blanca aparentemente indefinida. Para estimular la experiencia, el espacio existente se transforma totalmente para traspasar las paredes de yeso y las bóvedas, poniendo al visitante en estrecho contacto con las piezas de arte. La habitual condición de cubo blanco parece haberse fundido ligeramente como un eco del arte delirante de Dalí, produciendo bordes poco claros en un continuo espacial o una deformación topológica.

Practicar la arquitectura en modo menor “requiere una deconstrucción parcial de las estructuras de poder que conducen a su reproducción incesante” (Jill Stoner). Dado el contexto, podría ser una agenda bastante (¿o demasiado?) ambiciosa para una intervención tan cuasi-miniatura.