COSTRA es un espacio en Ciudad de México que busca conectar con sus usuarios a través del color, la luz y los aromas. La experiencia inicia con los contrastes de color entre la ciudad y un lugar que parece nacer del fuego de un volcán con lava, con luces cálidas que guían en su recorrido al destino principal del lugar: el pan y el café. El proceso de producción del pan y del café fue la principal inspiración como elemento de diseño, tomando en cuenta sus diferentes etapas: el sembrado, el tostado y el horneado. Teniendo el fuego, el metal y la tierra como elementos clave en el resultado final del diseño. Se reflejan las intenciones de diseño por medio de materiales, elementos y detalles en mobiliario e iluminación.
Al ser una panadería de barrio, una de las intenciones que surgieron en el diseño fue el poder generar un espacio inmersivo; a través de elementos como la barra remetida, logrando una circulación hace al usuario entrar a la cafetería/panadería y poder tener otra perspectiva desde el interior con lo que sucede en el exterior, en la calle. Dentro de esta intención, se quiso crear un ambiente acogedor por medio del uso de luces en tonos naranjas para que en la noche se genere un espacio cálido que te recuerde al fuego del horno.
Esto recuerda al proceso industrial por el cual se somete el pan y el café. Por estos procesos industriales es que se usaron materiales como el acero, recordando siempre la parte artesanal del proceso con tonalidades de barro y de tierra.
El pan es el protagonista de este espacio, y se creó un muro de exposición de cada una de las piezas representativas de la panadería COSTRA, donde el usuario puede disfrutarlas como si fuera una instalación de arte. Además, se generó un espacio dedicado al “selfie” por medio de espejos, donde el usuario puede disfrutar de momentos divertidos y de vanidad.