La Casa GM se integra perfectamente en su terreno inclinado, desplegándose de manera horizontal por debajo del nivel de la calle. Con materiales naturales, un vacío central y jardines florecientes en la azotea, esta residencia equilibra su diseño contemporáneo con la belleza del entorno.
Concebida para una familia joven en un terreno de topografía distintiva, la casa aprovecha al máximo la pendiente que ofrece vistas impresionantes. Su diseño se adapta al contorno del paisaje, descansando de manera horizontal para fundirse con el entorno. Ubicada ligeramente por debajo del nivel de la calle, la casa tiene un único punto de acceso. Un vacío entre los bloques social e íntimo marcan la entrada principal. Este espacio central, cubierto por una estructura metálica flotante, conecta y unifica toda la residencia.
La composición de los volúmenes sociales e íntimos bajo el extenso techo metálico enfatizan la horizontalidad del proyecto. Materiales naturales como ladrillos, piedra y madera en tonos cálidos complementan los paneles de aluminio, equilibrando estética y calidez. Los elementos huecos y recortes en los techos permiten la creación de jardines y terrazas, reforzando la integración de la casa con el paisaje. De esta forma, la Casa GM se configura como una fusión armónica entre arquitectura y naturaleza.