El lugar del proyecto, un estudio de artistas en Montparnasse, había acumulado varias fases de reconfiguración a lo largo de los años. Las particiones y altillos improvisados habían aislado cada espacio de la luz y llevaron a los ocupantes vivir de una forma binaria: vivir/trabajar.
Después de desocupar el espacio de la superposición de elementos inconexos, el objetivo del proyecto es el de redefinir una vivienda-taller para una pareja de artistas. La distinción binaria estudio/vivienda ya no corresponde necesariamente a la realidad de la vida de un artista, donde la creación nunca está lejos de los muchos rituales cotidianos y no puede circunscribirse simplemente a un solo volumen.
Así, el proyecto define 3 espacios:
– El lugar dónde producimos, donde experimentamos, dónde también podemos exponer.
– El lugar social donde recibimos, donde intercambiamos.
– El lugar íntimo donde uno se retira, donde uno descansa, donde uno medita.
Estos tres espacios se configuran para aprovechar al máximo las diferentes posibilidades que ofrece el volumen existente, utilizando la transparencia entre la doble orientación de la luz y el majestuoso volumen en doble altura. Estos espacios se insertan en la trama original de la estructura de madera que, a su vez, es resaltada por las grandes paredes translúcidas y correderas que permiten separar sin compartimentar, variando así los espacios y la luz según las horas y los usos.
Con este proyecto, la arquitectura acompaña a los artistas, se adapta a su modo de vida y está al servicio de su creación.