Casa Bento funciona como un contenedor metálico sobre muros de hormigón expuesto, esta casa establece dos tipos de relación con el entorno. Es una propuesta de residencia urbana contemporánea para una pareja joven con dos hijas pequeñas
La planta superior se puede cerrar al 100% para bloquear la luz solar, garantizar la privacidad y aislar acústicamente los ambientes íntimos. Pero, si se desea, la fachada se abre en puntos estratégicos para la iluminación y ventilación. La planta baja, por el contrario, se abre al paisajismo de forma fluida. El subsuelo sirve de apoyo funcional a la planta baja y su objetivo es no bloquear la vista hacia los jardines perimetrales.
La separación entre el adentro y el afuera se suaviza por las grandes aberturas acristaladas. El mobiliario propuesto establece un diálogo armonioso entre la arquitectura y su diseño. Algunos de ellos se diseñaron exclusivamente, como la mesa Brasilia, la mesa Ensamble, la mesa Box, el banco Anel y el banco Move.
Los materiales que se utilizaron son materiales nobles y no se les realizaron ningún tipo de tratamiento. El acero, la madera y el hormigón se muestran tal y como son y el desgaste natural de cada uno de ellos sirve como testimonio muy bienvenido dentro del concepto adoptado.
Desde la vía pública, la Casa Bento se integra al paisaje pero a su vez mantiene la privacidad. La lamina metálica doblada en el piso superior y la puerta hacia la acera, crean una barrera visual para que, después de cruzarla, el visitante pueda percibir que la planta baja está integrada con el jardín y representa un oasis en medio del tejido urbano de la ciudad de São Paulo.