Es un edificio que tiene una matriz de terreno cuya volumetría y potencialidad de metros cuadrados coinciden con la forma: el lote triangular orienta su lado mayor al rio. El proyecto resulta de la extrusión de esta forma. Se genera un edificio de planta triangular, con el núcleo ubicado hacia el ángulo recto, liberando plantas de oficinas que obtienen 70 metros de frente de cara al Rio de la Plata.
En ambos vértices agudos se resuelve el encuentro curvando las esquinas y dando continuidad a la fachada, esta decisión asemeja el edificio a un ala de avión con cantos aerodinámicos. Por su forma angosta en las puntas, la torre se vuelve transparente, permitiendo ver de lado a lado cuando la luz solar se encuentra baja.
El basamento, que sigue los lineamientos de Catalinas Norte, se resuelve en piedra con vegetación incorporada y equipamiento público. La marquesina de acceso es una pieza miesiana de perfilería industrial que hace de corte ante la bajada de la piel de la torre hasta el cero.
El Hall de acceso, de triple altura, brinda una escala extraordinaria al visitante. Espacialidad que se remata con una doble altura hacia abajo en la proa sur del edificio, con una escalera helicoidal como figura escultórica en la cuádruple altura.
La torre se levantó en el último lote vacante de Catalinas Norte, dando por finalizada la construcción de esta pieza urbana comenzada en los años setenta.