Teatro en el Parque es un proyecto impulsado por Magnifico y Lado Be, que invita a las personas a disfrutar las obras de William Shakespeare y el teatro tal y como se hacía durante el reinado de Isabel I de Inglaterra, durante los siglos XVI y XVII, cuando las obras se presentaban en los meses más cálidos del año y durante las primeras horas de la tarde para que de forma natural la luz del sol se filtrara por el techo e iluminara el escenario.
Inspirados en propuestas como Shakespeare in the Park en Nueva York, Globe Theatre, en Londres o Pop-up Globe en Auckland, los productores Claudio Sodi y Jacobo Márquez han estado trabajando durante los dos últimos años para traer a la Ciudad de México, Teatro en el Parque, esta iniciativa cultural que se presenta por primera vez en la explanada del Museo Tamayo de la Ciudad de México con una temporada que arrancó a principios de abril y terminará a finales de mayo de este año. Durante estos dos meses se pueden ver obras como Romeo y Julieta de bolsillo, Macbeth, Mendoza, Algo de un tal Shakespeare entre otras.
El foro diseñado por Adrián Martínez Frausto es un cilindro facetado realizado a base de andamios de color negro y dos niveles de graderías con una capacidad de 500 personas. La construcción fue a cargo de Factor Eficiencia y el escenario de Alberto Orozco.
Parte de la magia de ver una puesta en escena en un foro basado en los teatros isabelinos es que el límite entre el entorno y el teatro es muy difuso. En este caso, la piel de hilo de plástico negro (el mismo usado en las sillas Acapulco) que rodea el espacio, genera una frontera semitransparente entre el exterior y el interior.
Tuve la suerte de ver Mendoza, dirigida por Juan Carrillo, una tarde de abril que empezó calurosa y soleada pero que recibió la noche con lluvia y viento. El espacio destinado al público está techado, por lo que no me mojé, pero de repente, en un sutil cambio de luz, la lluvia más ligera que jamás haya visto entró en escena y quedé cautivada por la experiencia. Aunque no pretendo hacer una reseña sobre la obra, creo importante mencionar que esta reinterpretación de Macbeth, a partir de la Revolución Mexicana tiene un rico uso de los pocos elementos escenográficos o de utilería que, para los amantes de la creación de espacios efímeros, es un deleite.
Los fenómenos climáticos, o las actividades que se desarrollan alrededor del Teatro en el Parque pueden convertirse en un personaje más de la obra de teatro, generando atmósferas y situaciones únicas que hacen de este arte vivo todavía más extraordinario.