Moliere consiste en la remodelación de un departamento dentro de un edificio moderno de mediados de siglo XX con valor arquitectónico. Buscando respetar la estructura existente y la identidad original del edificio, así como regresar a la fachada original remetida dejando un balcón corrido, la configuración interior se adaptó a nuevas relaciones y a usos más contemporáneos.
La intención principal del proyecto fue crear un área pública dinámica y funcional que permitiera diferentes configuraciones. Esto se tradujo en una serie de paneles corredizos inspirados en el principio japonés del Tatami. Dicho concepto nos permite abrir o contener espacios formando una cruz. Dos sets de paneles corredizos hechos de cristal permiten al usuario comunicar el cuarto de T.V. y/o sala de la terraza y dos paneles de madera sólida aíslan la cocina del cuarto de T.V. y comedor.
El resultado; un espacio social donde el usuario puede determinar la distribución de acuerdo con las necesidades del momento.
En contraste con la amplitud y libertad del espacio interior que en su mayoría maneja tonos naturales, claros y algunos contrastes de materiales reflejantes, el espacio de balcón techado en tonos oscuros enmarca la naturaleza que le rodea.