La isla de Yakushima es un paraíso natural en el sur de Japón, donde abundantes lluvias caen sobre cumbres de 2.000 metros que nutren densos bosques que albergan cedros japoneses milenarios.
Una innovadora cooperativa de viviendas aplica la “arquitectura regenerativa” para reconceptualizar la relación entre la habitación humana y el entorno natural que la rodea. El nombre Sumu significa tanto “vivir” como “aclararse”, expresando su concepto básico de vivir de un modo que repercuta positivamente en el paisaje. En lugar de ser un lugar discreto, el diseño adopta una visión holística de toda la cuenca del río, desde las montañas hasta el mar, contribuyendo positivamente a los procesos naturales.
Aplica la “arquitectura regenerativa”, un nuevo enfoque desarrollado por los diseñadores que combina la ingeniería civil tradicional japonesa con la tecnología contemporánea. Más allá de la mera preservación de la naturaleza tal como es hoy, las consideraciones clave del diseño incluyen:
Además de explorar aplicaciones modernas de la sabiduría tradicional japonesa, sus características incluyen; energía no conectada a la red a partir de energía solar, baterías de almacenamiento y leña local. Espacios confortables que aprovechan la experiencia arquitectónica para lograr una hermeticidad y un aislamiento eficaces, a diferencia de los alojamientos tipo campamento.
Sumu, que se aleja mucho de las instalaciones convencionales de experiencias en la naturaleza, anima a un sector más amplio de la sociedad a participar en el aprendizaje, con el objetivo de mejorar el futuro de nuestro planeta. Fieles a su concepto de lograr un impacto positivo viviendo entre la naturaleza, los residentes de Sumu adoptan un “estilo de vida regenerativo” que mejora el medio ambiente a través de actividades cotidianas, desde la recogida de madera a la deriva para usarla como leña, hasta la limpieza de la hierba para permitir que el aire fresco fluya de forma beneficiosa para el paisaje.
El diseño de Sumu cambia nuestra relación con la naturaleza. Permite a los residentes descubrir nuevas posibilidades de interacción con la naturaleza y adaptar su forma de pensar y actuar, construyendo así relaciones con la naturaleza que trascienden generaciones. Si se aplica más ampliamente, su enfoque único tiene el potencial de acelerar las iniciativas medioambientales.