Salvia Hábitat se encuentra a 600 metros de la Playa Punta del Sábalo, en un entorno urbano residencial tranquilo en la ciudad de Mazatlán. Consta de un semisótano, cuatro plantas habitables que alojan 14 departamentos y una azotea donde se desarrollan las áreas comunes de terraza y alberca.

El edificio se estructura por medio de una losa de transferencia sobre el semisótano, en la cual se apoyan muros de carga y losas que dan como resultado los marcos que conforman la fachada principal, la cual busca exponer dinamismo y proporción hacia la calle, sin olvidar la privacidad utilizando como recurso el tener jardineras con vegetación hacia el interior. Tomando en cuenta la incidencia solar, se optó por colocar cartelas verticales en la fachada, las cuales tienen función de parasoles y a su vez dan estructura a barandales y jardineras. El concepto del edificio parte de la premisa de desarrollar un proyecto de viviendas de una recámara que cuenten con privacidad, conexión con un exterior vegetado y vistas privilegiadas.

Los departamentos que se encuentran en planta baja se benefician de un patio trasero utilizando el área libre reglamentaria, mientras que el resto de departamentos repite la misma distribución. Se consideró fundamental que la composición hacia la calle fuera un reflejo de cómo funciona el edificio hacia el interior. La materialidad del proyecto se concibió en referencia al imaginario colectivo de Mazatlán. Los tonos arenosos en aplanados, la piedra y la madera evocan las playas, muelles de la región, y la vegetación adaptada al clima cálido-húmedo del trópico de Cáncer.

Estos componentes se unen para crear una experiencia arquitectónica coherente con su contexto y a la vez actúan como un homenaje a la identidad local. La azotea de Salvia Hábitat es un testimonio a la tectónica, donde los elementos de construcción no se ocultan, sino que se exhiben con distinción. Este espacio se concibe como un cuarto social al aire libre, donde una pérgola metálica protege del sol, creando un espacio de convivencia que celebra la construcción y los materiales como elementos esenciales de la estética del edificio. Se pretende que con el tiempo la vegetación tome el verdadero protagonismo del espacio, donde los elementos de pérgola y alberca sean sólo acompañantes. La disposición de las áreas de alberca y pergolado fomenta la convivencia social por estar al mismo nivel, asegurando una conexión visual entre ambos extremos de la azotea. Este enfoque resalta la importancia de la funcionalidad y la comodidad en la experiencia de los residentes.