Río Ebro es un proyecto que surge con el objetivo de realizar un edificio de viviendas de alta calidad buscando la mayor rentabilidad tanto financiera como habitacional. La disposición de los departamentos se determinó a partir de las características del lote adquirido, con el fin de otorgarle a cada uno la constante vista hacia la calle, además de iluminación y ventilación natural.
Para romper con el esquema tradicional de vivienda vertical con estas características, se llevó a cabo un estudio de distintas áreas en el predio. La disposición final consistió en dividir el terreno con dos ejes principales, colocando el área libre al centro del eje longitudinal y el núcleo de instalaciones que contiene los servicios y circulaciones sobre el eje transversal. Colocar el área libre al centro permitió dar una solución a nivel urbano: el remetimiento de la fachada hacia el interior del predio. Esto permitió tener iluminación y ventilación natural, evitando la generación de cubos interiores. A nivel estructural, se colocaron cartelas para contrarrestar contraventeos en el vacío.
Las dos torres se conectan al centro por un núcleo de circulación que permite subdividir al interior los espacios en áreas públicas y privadas. El área privada está alejada del contacto urbano, y la pública tiene una relación directa con la calle arbolada. La cercanía de los volúmenes incidió directamente en la privacidad de los espacios, esto se atendió con una solución material en el tratamiento de las fachadas interiores. Se plantaron con enredaderas jardineras en las terrazas. La vegetación se conecta por todo el edificio con un sistema que recolecta el agua pluvial desde la azotea hasta el sótano y que suministra el riego.
El resultado fue la construcción de tres departamentos tipo de 75 metros cuadrados, una casa en planta baja de 135 metros cuadrados con patio interior y dos departamentos en el último nivel con 75 y 30 metros cuadrados de terraza privada.