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Localizado en la parte baja de las Lomas de Chapultepec, el Corporativo Qúbica Lomas remite al volcán que nombra la calle donde se ubica el proyecto. La lava volcánica, que se solidificó después de una erupción, da lugar a un edificio de carácter escultórico con base en la configuración de un juego de sólidos prismáticos que surgen al descomponer un bloque rectangular de obsidiana, piedra emblemática de México, en volúmenes de granito y cristal aparentemente negro.
Dada la vocación del sitio, que ha mutado de ser una exclusiva zona residencial a tratarse de un sector de usos mixtos con corporativos de tamaño mediano, la relación con el peatón cobra una gran importancia. En este sentido, el proyecto apuesta por un patio inglés, el cual permite que el edificio irrumpa desde la profundidad y establezca una relación visual con el transeúnte, que se armoniza mediante un paisajismo exuberante, en contraposición a los volúmenes prismáticos de la torre.
El proyecto saca ventaja de las restricciones en altura, la condición de esquina, la ligera inclinación de la topografía y el tamaño moderado del predio, logrando una planta con núcleo central que se desarrolla a lo largo de seis sótanos, dos niveles de usos mixtos, seis niveles de oficinas y una azotea habitable.
Los interiores del corporativo refuerzan el carácter sobrio del exterior, con una paleta de materiales neutrales, sobrios y monocromáticos que permiten establecer una constante relación entre el interior y el exterior, gracias a la predominante transparencia de la torre en contraposición al carácter duro de su apariencia exterior.
A parte de ofrecer la cualidad oscura de la fachada que recuerda a la obsidiana, al igual que la transparencia desde el interior, el vidrio con aspecto gris medio permite controlar el deslumbramiento y la ganancia de calor solar.
Gracias al diseño en planta del edificio y a la configuración del núcleo, cada nivel puede contar con terrazas privadas en la esquina principal del edificio, de tal manera que la proximidad con el aire libre y algún espacio de esparcimiento siempre queda accesible. Dicha condición se manifiesta en la azotea, otorgando a los usuarios un espacio dinámico, rodeado de naturaleza, para realizar actividades de descanso o complementarias.